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El profesor Sergio Calleja entrega unos libros a uno de sus alumnos de los Maristas. Antonio Tanarro

Despedidas para un curso insólito

EDUCACIÓN ·

Profesores, alumnos y padres culminan un año escolar marcado por la pandemia y afrontan el verano con muchas incertidumbres

carlos álvaro

Segovia

Sábado, 20 de junio 2020, 13:11

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Pablo Ramírez, Pablo Soto y Daniel Horcajo, alumnos de primer curso de Bachillerato de los Maristas, acudieron ayer al colegio a recoger parte del material que se habían dejado en el aula cuando las clases presenciales se interrumpieron. Allí se encontraron con Sergio, su tutor. Fue un reencuentro emotivo que concluyó con un saludo codo con codo y los mejores deseos.

El curso escolar acaba el martes y con él, la pesadilla de los últimos tres meses. Han sido muchas las sensaciones que los alumnos han experimentado asistiendo a clases de forma telemática y comunicándose con profesores y compañeros a distancia, pero, entre tanto inconveniente, ha habido cosas que han merecido la pena. «Nadie les ha enseñado a vivir encerrados en casa mientras terminaban un curso a distancia. Gestionar esa montaña rusa de emociones es un tarea muy compleja, pues conlleva cambios de humor e impulsividad. Sé que les ha costado tolerar la frustración generada por todo lo que se han perdido (las fiestas del colegio, los viajes de fin de curso, las graduaciones...), pero han conseguido llegar al final y, en cierto modo, han aprendido que son capaces de mucho más de lo que creen», observa Sergio Calleja, profesor de Literatura y Filosofía en los Maristas.

«No ha sido un curso fácil para nadie, pero lo hemos culminado. El profesorado ha respondido muy bien. Muchos profesores también son padres de familia y han tenido con compatibilizar esa responsabilidad con la atención de las clases telemáticas. Su esfuerzo es digno de destacar, pero la colaboración de las familias ha sido fundamental», apunta el director de este colegio concertado, José Luis Marijuán, que subraya la «rápida adaptación» de alumnos y docentes a las nuevas herramientas tecnológicas que han posibilitado sacar adelante la tercera evaluación y acabar el trabajo con dignidad.

«Disfruta de los reencuentros, con independencia de tus notas y títulos»

Es la tercera carta que difunde desde que empezó la pandemia. La primera, dirigida a sus alumnos, se hizo viral. La segunda tenía como destinataria a la ministra de Educación, Isabel Celaá, a quien pedía un modelo educativo nuevo. Ahora, ha vuelto a escribir a sus alumnos para despedir un curso muy especial. Sergio Calleja, que en 2019 figuró en la sexta posición del Top 10 de los mejores docentes de España, les pide disculpas por los errores que haya podido cometer en las clases a distancia.

«Si has aprendido a valorar más a tus abuelos, habrá merecido la pena; si has aprendido el valor de la amistad y la importancia de los abrazos y los besos [...], habrá merecido la pena; si has descubierto que el colegio o instituto no solo es un lugar donde aprendes contenidos aburridos, sino que es fundamental para tu desarrollo y crecimiento, habrá merecido la pena […]; si te has dado cuenta de que la vida es finita y no eres inmortal y empiezas a vivir con intensidad aprovechando al máximo cada día y cada momento, habrá merecido la pena […]. Querido alumno, si has aprendido todo esto, no me importa nada este temario que se ha quedado sin dar y tanto preocupa a ministros y consejeros», escribe Calleja.

El maestro les dice a sus discípulos que es momento de empezar a construir: «Estás viendo que ante una crisis hay siempre dos opciones, los que apuestan por crear lazos, por la solidaridad, por humanizar, por arrimar el hombro y por pensar en el otro y aquellos que apuestan por crear división, por culpabilizar, por 'cortar cabezas' y por despertar odios. Yo seguiré animándote en ser de los de la primera opción, hombres y mujeres críticos para construir y mejorar el mundo». Y se despide: «Ahora disfruta de los reencuentros, independientemente de tus notas y tus títulos. No olvides ser mejor persona cada día. Este será tu único y verdadero éxito».

En todos los centros de enseñanza de la provincia, concertados o públicos, las sensaciones son las mismas. Los tres meses de trabajo en casa han deparado cosas buenas y no tan buenas. Estas pesan más, y es hora de hacer balance y poner sobre la mesa cuestiones cruciales con vistas a un curso académico, el 2020-21, que se presenta con no pocas incertidumbres. En los centros hay inquietud, pero también en el seno de las familias de los alumnos. «Ha habido un exceso de estrés», admite Noelia del Barrio, presidenta de la Fedampa Antonio Machado, federación que agrupa alrededor de ochenta asociaciones de madres y padres de todos los centros públicos de la provincia. «No todos los padres tienen la formación suficiente como para poder hacer de profesores de sus hijos, y esto ha pasado. Ha habido muchos docentes que se han volcado con sus alumnos, que se han comunicado con ellos a diario para preocuparse por cuestiones no solo académicas, también de apoyo psicológico, y eso es de agradecer. Otros, sin embargo, se han limitado a mandar tareas, y eso, a nuestro parecer, no es formación», añade la representante de las familias.

Precisamente, a sugerencia de la Dirección Provincial de Educación, la Fedampa está hablando estos días con todas las asociaciones que la integran para presentar una valoración del curso que pueda figurar en la memoria de los consejos escolares. «Fuimos el lunes a la Dirección y nos dijeron que el curso había acabado con normalidad, lo cual nos sorprendió, porque no tenemos la misma percepción. Nos animaron a que las Ampas recogiéramos esas impresiones y en ello estamos. Queremos que conste en la memoria del curso para que el próximo no se planteen las cosas de la misma manera», apunta Del Barrio. Lo mejor de la experiencia es que los estudiantes han descubierto otra forma de aprender, pero, sobre todo, su buena adaptación. «Ha sido de 10».

Del próximo curso, poco se sabe. Que empezará en septiembre y poco más. «De momento, nadie nos ha dicho cómo lo van a plantear. Todo estamos a la espera de las instrucciones de la Junta de Castilla y León. Tardará en saberse. ¿Cómo van a habilitar ahora un gimnasio si luego, llegado el mes de septiembre, no hace falta? Tienen un papelón», advierte Noelia del Barrio.

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