«Estamos desamparados; han llegado a cancelar asados por encargo sin apenas antelación»
El hostelero aboga por el «respeto» ante las pérdidas que suponen las reservas fantasma y las anulaciones in extremis
Cada negocio tiene sus trucos a la hora de abordar los problemas. El restaurante La Portada de Mediodía de Torrecaballeros ha lidiado durante años ya ... no solo con reservas fantasma, sino también con cancelaciones in extremis de asados encargados en semanas previas. «A la hora de agendar una comida, siempre preguntamos si van a tomar cordero o cochinillo porque eso hay que tenerlo preparado para esos clientes de forma exclusiva», subraya Goyo Rico, al frente de este establecimiento hostelero. Por eso, cuando nadie se presenta a degustar estos platos «nos afecta muchísimo: son todo pérdidas», estima.
En su memoria guarda diversas historias relacionadas y también disgustos. «Hemos tenido mesas de diez personas y cuatro cuartos de cordero asado que a falta de una hora nos han dicho que les ha pillado en la sierra andando, por lo que quieren anular», relata. Rico cuenta con una amplia trayectoria y una de las conclusiones que ha sacado en estos años es que «en la hostelería estamos desamparados». De ahí su petición de «un poco de respeto» para que los clientes no reserven «de forma caprichosa» en varios sitios con el objetivo de acudir al que más les interese en ese momento. «Nos dejan fuera de juego», estima.
El hostelero reconoce que son muchos compañeros de gremio los que han decidido cobrar por adelantado una parte de la reserva. «Es una decisión que nosotros no hemos tomado todavía», confiesa. Lo que sí ha llevado a cabo es la implantación de un programa informático que «delata» si una persona ha hecho reservas en más de un sitio, siempre que el resto de establecimientos cuente también con esta herramienta.
«Hemos visto algunas reservas dobladas, por lo que tenemos un poco solucionado el problema por esa parte», sostiene Rico. Pero eso no evita cancelaciones en el último instante, por lo que se muestra partidario de añadir un coste a cada anulación de platos encargados. «Cuando vas a una tienda de ropa no encargas las cosas y, si lo haces, te lo cobran de antemano», concluye.
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