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Jorge de Frutos y Teresa Herranz se casaron el 20 de octubre de 2018. Su experiencia es la de una pareja que se define como ... madura, no solo por la edad –él tiene 47 años y ella, 46– sino por su visión. «No es lo mismo casarte con 25 años que nuestro caso. Se ven las cosas desde otra perspectiva, ha sido algo más pausando sabiendo el paso que íbamos a dar». Creyentes y practicantes, nunca dudaron de que su ceremonia iba a ser por la Iglesia.
En su caso, el cursillo prematrimonial no fue un trámite. «Lo hicimos con mucho gusto, para nosotros era algo importante». Encontraron un hueco entre el año de espera desde su compromiso hasta conseguir fecha en La Fuencisla, muy solicitada. «Se dice que hay gente que lo hace por la Iglesia porque queda bonito, pero es nuestra tradición cultural». La Diócesis de Segovia ofrece distintas opciones para el curso. Ellos lo hicieron en la parroquia del Cristo del Mercado durante una semana; cinco días de ocho a diez de la tarde. «No es solo una formación a nivel religioso», resumen ambos, sorprendidos gratamente por lo que encontraron.
El curso incluyó visitas de médicos o abogados para tratar el matrimonio de forma multidisciplinar, desde lo jurídico a la sexualidad. «Independientemente de que creas o no, no es un cursillo en el que venga un sacerdote a soltarte el rollo». Por ejemplo, las consecuencias civiles del matrimonio y que el régimen de gananciales es el que se impone por defecto si las partes no dicen lo contrario. Ellos recuerdan que entre sus compañeros de curso –una docena de parejas– este tema fue el que más interés generó. «Más que el tema de la sexualidad, hoy en día la gente tiene suficiente formación en este sentido».
El médico, como otros profesionales, mostraba su apertura para responder a cualquier pregunta con posterioridad, como por ejemplo e la fertilidad. «No tratan de adoctrinarte en ningún sentido, ni en el bueno ni en el malo. Tratan de explicarte que la opción que tomes se debe basar en un respeto a la pareja y ser consensuado. Algo que no le apetezca a una de las partes no es sano, seas o no cristiano. Se habló de que somos seres sexuados, que somos almas con cuerpo. Y las relaciones sexuales deben suponer un disfrute tanto para la mujer como para el hombre, superando etapas anteriores en las que la mujer estaba poco más que para tener hijos y procrear».
En el curso no se preguntó si las parejas habían convivido con anterioridad o se habían tenido relaciones antes del matrimonio. «En ese sentido la Iglesia ha evolucionado y bendito sea Dios que la gente se case por ella». El matrimonio resume las nociones con una frase: libertad con consecuencias. «Lo que no se puede hacer es intentar dar marcha atrás. Es un paso muy importante, entregar tu vida a otra persona».
El curso contó con la visita de dos matrimonios, uno joven y otro más veterano. «Fueron cursillos teóricos, pero muy abierto. Eran más charla y contacto real con las sensaciones que uno tiene que seguir un guión establecido». Agradecen que los ponentes se mostraran abiertos a cualquier duda. «Nos decían que era mejor preguntar y estar informado que dar algo por hecho y luego estar equivocado».
Jorge y Teresa hablan del curso como una iniciación similar a la de montar un negocio. «Tratas de ir preparado. Ya que te has decidido, quieres hacerlo bien». Se muestran favorable a un formato más extendido de cursos. «Es un sacramento y tienes que ir preparado. Estuvo muy bien, pero en cinco días no da tiempo a profundizar en demasiados temas. En una preparación más larga de dos años te da tiempo a tener distintos estados de ánimo, días en que lo ves todo negro y te agobias. Incluso cambios económicos o verte en desempleo. Y todo esto ayuda a disfrutar de lo bueno y salir juntos de lo malo».
Con todo, no creen que este nuevo formato pueda disuadir a contrayentes hacia el matrimonio civil. «El que está convencido de casarse por la Iglesia, sabe que existen estos trámites. Y si no estás convencido, porque no tengas fe o no te apetezca, mejor que tomes otro camino. Eso no significa que seamos mejor o peor que nadie, solo que cuando algo te gusta, te preparas para ello, ya sea a nivel deportivo, laboral… Es la decisión más importante de tu vida. La persona con la que compartes tu vida te puede hacer la persona más feliz del mundo o la más desgraciada».
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