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Una de las visitas organizadas por Juan Carlos Llorente para dar a conocer el barroco cuellarano. M. R.

Cuéllar descubre su rico y abundante patrimonio barroco

El historiador Juan Carlos Llorente se centra este verano en dar a conocer a vecinos y turistas elementos de los siglos XVII y XVIII presentes en la villa

Mónica Rico

Cuéllar

Lunes, 2 de agosto 2021, 11:56

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Cuellaranos y visitantes continúan cada sábado descubriendo el barroco cuellarano de la mano de la iniciativa 'Con el patrimonio puntualmente', un ciclo de visitas que cada año capitanea el profesor emérito de historia Juan Carlos Llorente. Este año se centra en distintos elementos del estilo arquitectónico de los siglos XVII y XVIII que se encuentra de forma especial en muchos de los altares de los templos de la villa.

Las primeras jornadas se centraron en el barroco de las iglesias de San Andrés y San Esteban y este fin de semana Llorente ha centrado sus explicaciones en las capillas del antiguo hospital de La Magdalena y del colegio de Niñas Huérfanas. Aún resta una última jornada, en la que se adentrará en la iglesia de San Miguel, «un auténtico museo de obras de arte y del barroco en especial».

La visita de este fin de semana se inició en la capilla del antiguo hospital de La Magdalena, con una introducción a su historia, pues se trata de una de las grandes entidades de la villa. Llorente apuntó que el hospital se fundó en el año 1425 y su misión como tal perduró hasta 1966, por lo que fueron siglos de atención a la población y especialmente a los pobres y 'vergonzantes'.

Ya en la capilla, Llorente centró sus explicaciones primero en su altar mayor, especialmente en su retablo, con detalles que se acercan al gótico del renacimiento y presidido por la imagen de Santa María Magdalena. Recordó como gracias a la documentación se conoce que para la construcción del mismo se hizo publicidad en Segovia y Valladolid para recoger candidaturas para su construcción. Para las imágenes se contrató al escultor Vicente Díaz, que realizó las de San Juan de Dios, San Lázaro y San Roque, todos ellos relacionados con obras benéficas, y que acompañan a La Magdalena en este retablo. A ellos se suman, en la parte alta, dos personas que acompañan como ángeles, de los que destacan sus ropajes y estofados.

Llorente también profundizó en la existencia, en la parte alta del retablo, de algunos escudos. Entre ellos el del fundador y el de Cuéllar (que no se tuvo en cuenta para la realización del actual). Esta estructura se mantiene de forma similar en las pinturas murales que se conservan en una de las paredes del templo, aunque en ese caso cuentan con caballos confrontados y el caballo aparece con buena parte del cuerpo y no únicamente la cabeza. Se trata de pinturas que tienen dos y hasta tres capas, de diferentes épocas, que van desde el siglo XV al XVII, y que representan el martirio de San Sebastián y las caras superpuestas de San Cristóbal. También se pueden observar paisajes urbanos y de naturaleza.

Del retablo Llorente explicó algunos detalles, como los fondos 'horror vacui' o miedo al vacío, término utilizado en arte para describir el relleno de todo el espacio. Fondos de hojarasca y elementos vegetales extraños pueblan este retablo, que cuenta en su parte superior con estípites, columnas de cono invertido típicas del barroco churrigueresco. Además cuenta con un templete expositor posterior, que impide ver otros detalles, como nuevamente el escudo del fundador.

Niñas Huérfanas

Tras conocer los detalles de este templo, los visitantes se dirigieron hacia la segunda de las paradas, la capilla del antiguo colegio de Niñas Huérfanas, no sin antes recibir una pequeña explicación sobre la portada de La Magdalena, que cuenta con los escudos de los Duques de Alburquerque y de su fundador Gómez González, además de una escultura en piedra de la santa titular.

Ya en el interior de la capilla de Niñas Huérfanas, lo único que queda del antiguo colegio, el historiador detalló a los asistentes cómo era la estructura del edificio del colegio de Niñas Huérfanas de Nuestra Señora de la Presentación.

El colegio como tal desapareció en el último tercio del siglo XX y en su ubicación, tras la adquisición del lugar por parte del Ayuntamiento, se ha construido un complejo de viviendas.

El retablo cuenta en su parte central con una imagen de la Divina Pastora, imitación a la que tuvieron las monjas y que se veneraba en el lugar. Cuenta también con una talla de San Juan Evangelista en su parte superior. Llorente destacó como curiosidades que cuenta con partes con imitación de jaspe y a lo largo del mismo se encuentran multitud de símbolos marianos, como el pozo o la fuente de las letanías de la Virgen. Destacan sus colgaduras y ornamentación de rocallas, pero en este ya no hay columnas salomónicas.

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