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Los cocineros inician el reparto de las raciones de judiones en La Granja de San Ildefonso. Óscar Costa

Segovia

Una 'comida de amigos' multitudinaria

La tradicional judiada de La Granja de San Ildefonso reúne a diez mil personas en la pradera de El Hospital

Laura Olano

Real Sitio de San Ildefonso

Martes, 27 de agosto 2024, 21:05

La Granja de San Ildefonso se adelantó al sol, y cuando apenas salían los primer rayos, los cocineros y voluntarios ya estaban preparados para comenzar ... a cocinar la gran judiada. A los encargados de la comida, unas 150 personas, se les sumaron la charanga Jaleo, acompañados de los que habían aguantado toda la noche para ver este momento. A las seis de la mañana se encendieron las hogueras para empezar a preparar una docena de enormes cazuelas de sus famosas judías. Además de los 1.200 kilos de legumbre, el plato estrella del día llevaba chorizo, patata, morro, oreja, y el ingrediente más importante: mucha dedicación.

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Durante toda la mañana, mientras los trasnochadores aprovechaban para echar una siesta, los cocineros y voluntarios vigilaban de cerca las perolas que servirían de comida (o incluso desayuno) a más de diez mil personas. Sobre el mediodía, las judías estaban listas y reposaban tapadas ante las cientos de personas que se congregaban ya en la pradera. El tiempo de reposo lo llenaron de actos a los que acudieron el alcalde de La Granja, Samuel Alonso, junto a su equipo y el secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca, entre otros. El alcalde quiso dedicar unas palabras de agradecimiento a todos los cocineros y voluntarios, y en especial a los dos cocineros fallecidos en el último año. «Han sido muchas judiadas las que han estado aquí dando su tiempo y su trabajo para los demás y es de agradecer» dijo.

Samuel Alonso hizo también un balance de las fiestas, de las que dice que «desde el viernes que dimos el pregón son miles de personas las que a diario están viniendo a las diferentes actividades que se vienen organizando». Por su parte, Tudanca aseguró que «no puedo ocultar que este es uno de mis sitios favoritos» y añadió: «No me lo puedo perder año tras año». No le faltaron halagos hacia el municipio, igual que tampoco se quedó corto en reproches hacia el gobierno de Castilla y León, del que dijo «no están siendo capaces de aprovechar este buen momento político, social y económico que vive España». Dijo también que «el señor Mañueco lleva tres gobiernos diferentes en tres años» y añadió que «a lo que se dedica la mitad del tiempo es a arreglar lo que él mismo estropea».

Tras los discursos políticos, la reina de las fiestas entregó los premios a los cocineros del año y, por fin, llegó el momento de la cata de las judías. Las damas de las fiestas, junto a los cocineros y el alcalde, fueron los primeros en probar el plato y aseguraron que estaba delicioso. También prepararon unas cacerolas para llevar a la residencia de ancianos y que nadie tuviese que quedarse sin la tradición. Poco después, abrieron la entrada a la larga cola de gente que esperaban pacientemente al sol desde hacía horas. Aunque se entregaban bandejas y platos desechables para poder comer, muchos aprovecharon y llevaron cazuelas y tarteras para rellenar, y en apenas media hora las perolas estaban ya por la mitad. Junto al guiso, se incluía un trozo de pan, una botella de agua y una raja de sandía.

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