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Miércoles, 27 de diciembre 2017, 23:44
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La cofradía del Niño de la Bola de Cuéllar se encuentra ya preparando las celebraciones del próximo año 2018, que tendrán lugar los días 1 y 6 de enero, con sendas misas durante la mañana, y procesiones, ya por la tarde. En concreto, la Eucaristía del día 1 de enero tendrá lugar a las 12:30 horas e la iglesia de San Miguel y en ella se realizará la adoración del Niño y se contará con la participación de la cofradía, que organiza por la tarde, a partir de las 17:00 horas, la tradicional procesión desde la iglesia de San Miguel hasta la de San Esteban, a la que podrá acceder el público por primera vez desde la clausura de Las Edades del Hombre. Allí se entonará el tradicional villancico, para regresar de nuevo a la iglesia de San Miguel.
En el caso del 6 de enero, día de Reyes, el horario se repite. La misa tendrá lugar a las 12:30 horas en San Miguel y en ella se realizará la adoración del Niño y se contará con la participación de la cofradía de El Niño de la Bola. Además, se invita a todos los niños a llevar un juguete que los Reyes Magos les hayan dejado por la noche. La procesión será nuevamente a las 17:00 horas desde la iglesia de San Miguel hasta la de San Esteban, por las calles céntricas de la villa, y regreso de nuevo al primer templo.
Miembros de la cofradía se reunieron ayer para presentar esta tradición cuellarana muy centrada en la Navidad, que este año cuenta con diversas novedades, como la restauración de uno de los estandartes de la cofradía o la puesta en marcha de un curso de castañuelas, para que todos los que lo deseen puedan participar con las mismas en los festejos del año 2018.
Azucena Fraile San Miguel ha sido una de las encargadas de la restauración del estandarte, pintado en óleo sobre tela de seda. La artesana en textiles ha trabajado junto a Isabel Saz Yuste en la tela y los bordados, mientras que la restauradora Clara Fernández Delgado se ha encargado de la pintura. Fraile detalló cómo el encargo se realizó en abril y que cuando llegó a sus manos se encontraba muy deteriorado.
Tras estudiar los daños debidos al propio uso y la antigüedad de la tela (el estandarte está fechado en 1912), comenzó el proceso, que se inició realizando un bastidor para fijar la tela pintada al óleo, para estirar la misma con diferentes productos y fortalecer la trama que falta en la seda. Azucena Fraile e Isabel Saz apuntaron la existencia de muchas manchas, algunas de las cuales no se han podido limpiar y en alguna incluso se ha realizado un nuevo bordado de hojas similares a las que aparecen en el estandarte.
Fraile también explicó los trabajos de Fernández, apuntando que debido a la falta de una capa de preparación en la tela, los daños se han transmitido directamente a la capa pictórica. La imagen presentaba pérdidas importantes que coinciden en dobleces y sobre todo en la zona baja de la imagen, donde se suele sujetar para su montaje como estandarte. Así, el proceso de restauración, tras fortalecer las zonas de la tela más dañadas, se centró en una reintegración cromática para conseguir una lectura uniforme de la imagen.
El último proceso, elaborado también por Fraile y Saz, ha sido el armado de forro, la inclusión de nuevas trabillas y flecos en color oro en el bajo de la tela. Además, la cruceta de madera o mástil donde se porta, se ha lijado, rellenado la madera dañada y pintado de nuevo y el adorno de plata que lo corona se ha limpiado y dado brillo. Las artesanas textiles pidieron a los miembros de la cofradía que en el futuro se guarde sin dobleces para mejorar su conservación.
Por su parte uno de los miembros de la cofradía, Juan Carlos Llorente, destacó que tanto Azucena Fraile como Isabel Saz han trabajado en la restauración de forma desinteresada, lo que les agradeció en nombre de la hermandad, anunciando que recibirán un detalle con la imagen del Niño de la Bola.
Llorente, que también es historiador y un gran estudioso de la cofradía, apuntó que esta se remonta desde 1679 hasta nuestros días. Recordó que desde 1891 hasta el 1912 no existen libros, aunque se desconoce la causa. Es en 1912 cuando se retoma la historia de la cofradía y de cuando data el estandarte que se acaba de restaurar, que está firmado por los De Isabel, una familia devota de Cuéllar, según señaló.
También recordó que, según el libro de 1912, parece que la devoción por el niño había descendido bastante, puesto que históricamente la cofradía contaba con cinco varas perpetuas, mientras que ese año únicamente había tres. Las varas perpetuas las solían ostentar devotos adinerados, que pagaban de su bolsillo los gastos extraordinarios de la procesión si quienes servían al Niño Jesús no podían acarrear con los gastos.
Asimismo destacó que la cofradía nace en una época en la que la sociedad era estamental, y que siempre contaba con representantes del pueblo llano y de la nobleza, destacando sus valores como el de la humildad, apuntando que la del mayordomo es la más pequeña de las varas de la cofradía. Llorente también aprovechó el acto para anunciar que el cargo de mayordomo lo ocupará este año Ramón Olmos, que se mostró agradecido por ostentar el cargo e invitó a participar en los actos a todos los cuellaranos.
Llorente también anunció que en el año 2019 se celebrarán los 340 años de existencia fechada de la Cofradía, para lo cual se están preparando diversas actividades extraordinarias, como una exposición en la que se podrán ver algunos de los libros de la cofradía, fotos y diversa documentación. “Vamos a tratar de conmemorarlo como se merece”, aseguró.
Entre otras muchas tradiciones, las procesiones del Niño de la Bola se acompañan habitualmente con unas castañuelas especiales, similares a las tejoletas. Para que ésta tradición no se pierda, desde la cofradía han puesto en marcha un curso para todos los que quieran aprender a tocar este instrumento. El taller se desarrollará mañana jueves 28 de diciembre en la sala cultural Alfonsa de la Torre a partir de las 17:30 horas. Entre quienes impartirán el curso, además de Llorente se encuentra José Sanz Bayón, devoto de la cofradía que cada año elabora unos 70 pares de estas castañuelas. En el curso se regalarán a quienes no las tengan y estén interesados en continuar con la tradición.
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