El Cochinillo aspira a consolidarse en la zona alta de Primera Nacional
Tras terminar segundo de su grupo el curso pasado, el grupo, con solo cuatro jugadoras que siguen, sube el presupuesto para un calendario con 28 partidos y viajes largos
El Cochinillo Segoviano prepara su tercera temporada en Primera Nacional con la aspiración de confirmarse como uno de los equipos punteros. Su odisea hacia la ... estabilidad en una categoría en la que perdió sus 30 primeros partidos antes de sorprender el curso pasado como segundo de grupo y disputar la primera de las fases de ascenso. Cambia el contexto porque solo siguen cuatro jugadoras de la plantilla del año pasado y porque cambia el formato de competición: en lugar de tres grupos de diez, hay dos de 15, así que el calendario crece hasta, por lo menos, los 28 partidos. El Spordeporte, el club que aglutina el proyecto, aspira cuanto menos a asentar un referente en el baloncesto local «con el mejor nivel posible», subraya su gerente, Mauro Martín, que pone en valor cómo el proyecto ha atraído a jugadoras punteras en otros equipos y la idea de alimentar la cantera a través de un filial que competirá en la liga provincial que comparten Ávila y Segovia.
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Las cuatro jugadoras que repetirán camiseta las segovianas Blanca y Gabriela, junto a Irene Llanos e Inés Álvarez. Un compendio de bajas por motivos académicos, laborales o deportivos. Casos como Elisa Martínez, la segoviana que jugó en Liga Femenina 2 y que tuvo que pagar su operación de rodilla de su bolsillo porque el seguro no lo clubría; otros, porque no pueden comprometerse a todos los entrenamientos –tres obligatorios por semana de dos horas y media más otro voluntario que se suma este año al menú–; más las jugadoras locales que probarán suerte en otros proyectos o se quedarán en el filial. «Esta liga es muy exigente. Irte a jugar a Asturias o Cantabria es duro, pierdes todo el fin de semana. Y no son profesionales. A alguna se le hizo el año pasado cuesta arriba compatibilizarlo con estudios».
Así que dos tercios de la plantilla –ocho jugadoras– son fichajes de este mismo verano. «Gente que quiere venir y está comprometida con el proyecto, que es lo más importante», resume Martín, que pone en valor la «seriedad» del club a la hora de cumplir con sus compromisos –desde las concentraciones a las comidas o a costear los desplazamientos de las que vienen desde Madrid o Valladolid– o el atractivo de jugar en una capital de provincia y en un pabellón que «el día que menos tiene 150 espectadores». El ejemplo lo ponen Lucía y Amelia, dos jugadoras de Valladolid que estaban en el Villamuriel y han preferido jugar en Segovia tras visitar el pabellón el curso pasado. Lo mismo ocurre con dos fichajes de Soria. «Una viene de ganar la Primera Nacional de Madrid y no tiene ni una foto con la camiseta de su equipo. Esa visibilidad les mola. Es que vamos a pabellones donde no hay nadie».
Jugadoras como Marta Rivera, que ha jugado en EE UU (Carolina del Sur) y «podría jugar en categoría superior», subraya Martín, que ha sumado a la oferta deportiva un empleo en una de las 70 empresas colaboradoras para un presupuesto que este año roza los 85.000 euros, unos 10.000 más que el año pasado porque hay más viajes –tres a Asturias, tres a Cantabria y ocho en Castilla y León– y la temporada puede alargarse en la fase de ascenso: el año pasado fue una liguilla de seis jornadas y esta consistirá en una final a cuatro de fin de semana. La temporada regular se prolonga hasta el 27 de abril.
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En resumen, más patrocinios. «Son más las que entran nuevas que las que se caen y eso nos ayuda a pensar que podemos ser ambiciosos». En esa línea, Los Tilos patrocinará este año a un filial persigue por un lado asegurar recambios al primer equipo para una temporada que se presume más exigente en lo físico por ser más larga. «Tener una plantilla de jugadoras de nivel y un segundo equipo que te pueda echar una mano para poder seguir teniendo una rotación amplia. El año pasado hubo equipos que sufrieron mucho y terminaron el año jugando con seis o siete jugadoras, vamos a intentar evitar eso». Por otro, dar cancha a jugadoras para que puedan desarrollarse. «Ir creando esa estructura más de club, pero teniendo como referente a un primer equipo. Es un modelo diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en Segovia en los últimos años».
La plantilla es muy diferente y Martín aspira a que sea mejor. «Vienen jugadoras que han sido líderes en sus equipos. Paula Hoyuelos es una de las mejores jugadoras de Castilla y León; Marta Rivera es un referente en Madrid. Lo que ha sumado es de bastante buen nivel; ahora, hay que homogeneizarlo todo». Un trabajo para Sergio García-Muñoz, que repite al frente del cuerpo técnico y asumirá también el rol de coordinador de entrenadores de cantera. «Es verdad que este año hay mucho gallo en el corral, pero es la forma de hacer equipos de nivel. Es mejor tener 12 buenas y que entre ellas encuentren su rol idóneo. Si conseguimos hacer la palabra equipo, todas van a entender que tienen que sumar a su manera».
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Porque Martín pone en contexto el éxito del año pasado. «Quedamos ahí arriba, pero tuvimos toda la suerte que nos faltó en el primer año». Varios finales igualados que acompañaron. Como entonces, es de esperar un periodo de transición para ajustar piezas, como ese equipo que perdió los dos primeros encuentros para luego tirarse meses ganando. «La gente nueva necesita acoplarse y hemos hecho la pretemporada con ese objetivo». La liga arranca el 22 de septiembre con la meta de estar entre los cuatro primeros. «Creo que es un objetivo muy realista. Si el año pasado, que no se podía fallar ningún partido, nos clasificamos, este año es teóricamente más fácil».
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