Todo a punto para la construcción en el Claret de un 'parking' de pago con un centenar de plazas

Las tres partes implicadas en el proyecto, el más ambicioso del colegio de los últimos años, ya han firmado el documento de intenciones del futuro arrendamiento de los espacios. El colegio, los misioneros claretianos (como propietarios del centro) y Padelzone (como empresa que asumirá la gestión de las instalaciones) esperaban la aprobación del Peahis para poder firmar un documento que en próximas fechas se concretará en un contrato más pormenorizado y que regulará el funcionamiento de las tres partes que componen el proyecto. «Sin el Plan Especial de las Áreas Históricas no podíamos hacer nada», subraya Juan José Raya, director del centro educativo. Una vez aprobado, el documento de intenciones «pone de acuerdo a las tres partes para ejecutar el proyecto».

Sin más trabas administrativas en el camino pero conscientes de que en el calendario de obras influyen «factores externos» que ninguna de las tres partes pueden controlar, la previsión que maneja el director del Claret es la de empezar las obras a primeros de 2020. Con un plazo de ejecución aproximado de entre diez y doce meses, los cálculos de los responsables del centro educativo apuntan a que las nuevas instalaciones estarán listas a lo largo del próximo año. «La idea es que a lo largo de 2020, y siendo generosos con los plazos, esté todo el proyecto concluido, pero no sabemos si será a principios o a finales de verano», explica Raya.

Durante el tiempo en el que la aprobación del Peahis ha retrasado el inicio de las obras no se ha producido ninguna variación importante del proyecto ideado por el Claret y Padelzone desde hace más de dos años. Se mantienen las mismas características y las únicas modificaciones, según apunta Raya, son de carácter técnico «sobre disposición de espacios o los límites que hay que respetar». En este sentido, señala que durante los últimos meses tampoco han existido nuevas propuestas que se hayan interesado por el proyecto, aunque si estas hubieran llegado «ni siquiera las hubiéramos escuchado, porque ya nos habíamos comprometido con este proyecto».

El documento ya firmado entre las tres partes establece que tanto las pistas de pádel, como el aparcamiento y el edificio que servirá de punto de encuentro para la comunidad educativa serán gestionadas por Padelzone. «Todo forma parte del mismo complejo», explica Raya. Se prevé la construcción de unas diez pistas de pádel, así como de un edificio en el que se pueden ubicar servicios como una cafetería, vestuarios o alguna sala en la que se puedan desarrollar distintas actividades.

Por otra parte, se mantiene la construcción de un aparcamiento con alrededor de un centenar de plazas del que podrán hacer uso tanto miembros de la comunidad educativa del Claret (profesores, padres, alumnos y personal de administración y servicios) como el resto de vecinos de Segovia y que estará regulado y gestionado por Padelzone. «Nosotros no tenemos capacidad para eso», expone Raya. El director del colegio explica que el 'parking' «no será un descampado o una zona habilitada para dejar los coches», sino que tendrá sus limitaciones físicas y su regulación, probablemente «con algún tipo de parquímetro» que permita su control tanto en horario lectivo como durante el resto del día, también los fines de semana. «Uno de los objetivos prioritarios del proyecto era facilitar la accesibilidad al colegio», indica.

Así, subraya también que todo el complejo es entendido como «un proyecto para la ciudad», del que se podrán aprovechar todos los vecinos y turistas, aunque «las personas del colegio tendrán sus condiciones favorables». Por ello, espera futuras conversaciones con el Ayuntamiento de Segovia para determinar posibles colaboraciones relacionadas con el nuevo espacio del colegio.

La avenida del Padre Claret, donde se sitúa la puerta principal del centro, es una de las arterias principales de la ciudad, también una de las que más tráfico concentra, ya que une la carretera de La Granja y los barrios periféricos de la ciudad con el casco histórico. En la zona apenas hay una veintena de plazas de aparcamiento disponibles para que los padres puedan estacionar a las horas de entrada y salida del colegio, una cifra insuficiente, ya que son unos 1.600 los alumnos de entre uno y dieciocho años. Un problema que está previsto que se solucione con este proyecto.