El cáncer del que no hablan los hombres
Miembros del movimiento Movember abogan en Cuéllar por romper el estigma que rodea a los tumores de próstata y testículos
Mónica Rico
Cuéllar
Martes, 12 de noviembre 2019, 12:23
El Ayuntamiento de Cuéllar es desde esta semana territorio Movember, la iniciativa que trata de concienciar sobre la importancia de la salud masculina. Varios miembros de los Butcher Brother's, el grupo que impulsa el movimiento en Valladolid y Cuéllar, entre otros lugares, acudieron al Ayuntamiento para instalar una gran pancarta con un bigote, seña de identidad de la iniciativa, en la que también participa el colegio San Gil.
El movimiento estuvo representado por Alfonso Vera y José Luis Collazos. Vera destacó que durante este mes muchos de los colaboradores se dejan bigote «para convertirnos en una especie de vallas publicitarias. Nuestra cara cambia el día 1 de noviembre y la gente se sorprende y nos pregunta», lo que les da pie a hablar de los tres pilares básicos sobre los que trabaja la fundación: el cáncer de próstata, con mayor incidencia en jóvenes, el testicular, que suele afectar a hombres con más edad, y los problemas de salud mental. Vera y Collazo recordaron que una de cada cuatro personas (hombres o mujeres) van a tener algún tipo de problema relacionado con la salud mental a lo largo de su vida, y que cada 40 segundos muere una persona en el mundo por suicidio. Tres de cada cuatro personas que se suicidan son hombres.
Movember pretende concienciar a los hombres de que muchas veces estos problemas se solucionarían o tendrían menos secuelas si se hablaran más. «Los hombres solemos guardar nuestros problemas para nosotros. Cuando una persona nota que algo cambia en sus testículos, cuando empiezas a sentir dolores o molestias, el hombre se lo guarda hasta que no tiene más remedio que ir al médico, y entonces muchas veces es tarde», explicó Alfonso Vela.
Afortunadamente, el cáncer testicular tiene un 95% de posibilidades de curación, pero el retraso en acudir al especialista agrava las secuelas y facilita que se pueda extender a otros órganos. En cuanto a la próstata, se pide que los hombres que, a partir de los 50 años, acudan a su médico de cabecera. Y respecto a la salud mental, exteriorizar el problema ayuda a solucionarlo antes, ya que el entorno del afectado le aconsejará acudir a un especialista.
Prevención
En la prevención incidió Eva Renedo, enfermera de Atención Primaria, que ofreció una charla en la biblioteca del colegio San Gil. Según Renedo, los datos en lo que respecta a la salud masculina, cada vez son más alarmantes, no en cuanto a los niveles de mortalidad, puesto que el nivel de curación tanto en el cáncer de próstata como en el de testículos es bastante alto, sino por la falta de prevención. La conferenciante explicó que, en general, el hombre va muy poco al médico, –el porcentaje se sitúa en torno a un 15%–, puesto que «se delega la materia de salud en las mujeres», lo que crea «una falta de comunicación entre el primer eslabón de prevención, que es la Atención Primaria». Gracias a iniciativas como dejarse bigote, «hay gente que pregunta y empieza a tomar conciencia de que tiene que ocuparse de uno mismo», señaló Renedo, quien atribuye la falta de comunicación entre los paciente masculinos y Atención Primaria a «un problema cultural.
«El hombre no está acostumbrado a contar sus cosas», además del estigma que rodea a estas enfermedades y los métodos de prevención, entre los que destaca el tacto rectal. «Culturalmente, que a un hombre le hagan este tipo de exploraciones conlleva un significado en la cabeza», a lo que se suma el miedo al dolor –Renedo subraya que no es una prueba dolorosa–.
En cuanto al programa que se lleva a cabo en el colegio San Gil, que es una referencia a nivel nacional, José Luis Collazos hizo hincapié en la importancia de la concienciación a edades tempranas. La directora del centro, Noa Ladrón, apuntó que el proyecto se ha compartido con otros centros y algunos ya lo están desarrollando, mientras que otros lo harán en cursos futuros.