
Calor denso y pegajoso en el primer día de la ola
Las temperaturas alcanzan los 36 grados en el centro de la capital segoviana y rozan los 37 en los pueblos de la Tierra de Pinares
Alas cinco de la tarde, los termómetros alcanzaban los 36 grados en la avenida del Acueducto y era difícil mantenerse al sol. Solo los turistas deambulaban por la Calle Real en busca de una sombra o una terraza donde resguardarse del calor denso y pegajoso que envolvía la atmósfera. Velado por un manto calimoso, apenas se distinguía el perfil de la Mujer Muerta desde el mirador de la Canaleja. Un vientecillo caliente agitaba las sombrillas de las terrazas, y hasta se agradecía.
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La sofocante jornada no alcanzó las cifras registradas el pasado 11 de julio. Se quedó a un grado y medio de los 37,6º de aquella tórrida tarde de verano. En la provincia, las temperaturas subieron más, especialmente en la Tierra de Pinares. Cuéllar arrojó la máxima pasadas las cinco de la tarde, con 36,7º, según la Agencia Estatal de Meteorología. En los pueblos cercanos a la sierra el calor fue más benévolo (Villacastín registró 33,6 grados y Pedraza 32,6).
Estos datos se hallan, no obstante, lejos de los hitos históricos. Para encontrar la marca con la que coqueteó el repunte de calor experimentado en la jornada de ayer hay que retrotraerse a otro día de julio, pero de hace veintiséis años. Según los registros históricos que guarda en su memoria estadística la Agencia Estatal de Meteorología, el 24 de julio de 1995 Segovia capital aguantó una máxima en la nueva ubicación del observatorio de 38,5º.
Los segovianos combatieron el comienzo de la ola de calor como buenamente pudieron, en sus casas o en las piscinas. En la capital, agosto es un mes eminentemente turístico y no eran pocos los viajeros que transitaban por la calle, sobre todo en el casco histórico, entre el Azoguejo y el Alcázar. En el resto de los barrios se veía poco trasiego. Las heladerías hicieron el 'agosto', nunca mejor dicho, igual que los comercios de electrodomésticos, donde siempre se venden más ventiladores cuando el calor repunta de esta manera. El mercurio empezó a ceder sobre las siete de la tarde. El cielo se nubló casi por completo y el calor dio un respiro, aunque se esperaba una noche extremadamente calurosa.
El intenso calor no irrumpió por sorpresa. La Agencia Estatal de Meteorología había advertido del fenómeno adverso por el riesgo de temperaturas demasiado altas, de ahí que la provincia, tanto la meseta como el Sistema Central, estuviera ayer en nivel de alerta máxima. Para la jornada de hoy, jueves, se esperan en la provincia temperaturas similares. A media tarde, es posible que los termómetros vuelvan a superar los 36 grados en la capital segoviana.
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