La caída de un árbol obliga a evacuar un tren cremallera que subía a Cotos
Una gran roca desprendida corta la carretera entre Maderuelo y Castillo de Robledo
Remite el temporal de viento y lluvia, aunque la provincia mantuvo durante toda la jornada de ayer la alerta roja y/o naranja por rachas ... de viento que no alcanzaron, ni mucho menos, los registros del sábado, cuando la borrasca Fabién, la tercera borrasca explosiva en una semana, golpeó fuertemente la provincia. Las incidencias más significativas se produjeron al mediodía de ayer en los términos municipales de San Ildefonso y Maderuelo. En la primera, la caída de un árbol obligó a parar y evacuar un tren cremallera que subía de Cercedilla (Madrid) al puerto de Cotos con 42 viajeros. No se produjo daño alguno, según informaron fuentes de la Junta de Castilla y León. Minutos antes de la una de la tarde, una enorme roca caía sobre la calzada de la SG945, en el término de Maderuelo. Al impactar sobre el pavimento, la piedra se partió en dos y dejó un fragmento en cada sentido, lo que obligó a cortar la carretera. Operarios de mantenimiento de la red de carreteras de la Junta de Castilla y León lograron retirar el trozo más pequeño una hora después, lo que permitió abrir uno de los carriles. Una excavadora hizo el resto y la situación quedó normalizada sobre las cinco de la tarde, según el alcalde de Maderuelo, Santos de la Hoz.
Aunque el azote del viento ha remitido, la alerta se mantiene. Los ríos bajan muy caudalosos y hay riesgo de desbordamiento e inundaciones. A media tarde de ayer, el río Eresma registraba un caudal de 21,20 milímetros cúbicos. El Ayuntamiento de Segovia no baja la guardia. En la madrugada de ayer, el viento tumbó un árbol de grandes dimensiones en la calle de Santo Domingo y la Policía Local tuvo que acordonar la acera. Los bomberos registraron varias incidencias durante toda la jornada, especialmente por caída de ramas, pero ninguna de importancia. Nada que ver con la tarde del sábado, cuando las rachas alcanzaron los 147 kilómetros por hora en la estación de esquí de La Pinilla, los 120 en el puerto de Navacerrada, los 117 en Aldeanueva de la Serrezuela y los 102 en Pedraza, según meteosegovia.es. En la capital segoviana, donde el viento sopló a 105 kilómetros por hora sobre las cuatro de la tarde del sábado, volvieron a repetirse las temidas escenas del pasado 16 de diciembre, con árboles caídos, tejas y cornisas desprendidas, señalas tumbadas y un largo etcétera de desperfectos. El episodio más llamativo fue el desalojo del Alcázar. Entre las cuatro y media y las cinco de la tarde, el vendaval era de tal intensidad, que el Patronato que gestiona el monumento decidió desalojarlo de turistas y cerrarlo al público antes de tiempo. También saltó la alarma en la estación de autobuses. Algunos de los anclajes de la lona que cubre la campa que da refugio a los autocares empezaron a soltarse, pero los bomberos actuaron con rapidez y lograron sujetar las piezas dañadas, que no fueron demasiadas.
El Ayuntamiento mantiene acordonados parques y jardines, las zonas más peligrosas para la integridad de las personas. El balance y la evaluación de todos los daños que la semana ha dejado en Segovia llegará en las próximas horas. De momento, la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, se conforma con que no haya habido daños personales.
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