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Miembros de San Fermín, la peña que repartió más de 600 almuerzos con huevo frito. C. Vega
El bullicio lo ponen las peñas
Carbonero el Mayor

El bullicio lo ponen las peñas

Carbonero vivió un primer encierro por el campo muy rápido y hoy cierra unas intensas fiestas de la Virgen del Bustar

cristina vega

Carbonero el Mayor

Martes, 12 de septiembre 2017, 13:16

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En Carbonero el Mayor, además de disfrutar del ambiente festivo que proporcionan las fiestas patronales, también hay tiempo para degustar los típicos almuerzos en la Plaza Mayor, donde ayer lunes, la peña San Fermín por noveno año consecutivo, repartió más de mil huevos fritos, y otros tantos kilogramos de lomo y chorizo de forma gratuita para los peñistas de Carbonero. Los que no iban vestidos con traje de peña, han pagado una cuota simbólica de tres euros. Según José Luis Tapia, cocinero de la Academia de Artillería encargado realizar el almuerzo, «se han repartido más de seiscientos almuerzos a base de dos huevos fritos, dos rodajas de lomo a la plancha y chorizo hervido a la sidra y pan».

San Fermín es una peña legendaria de Carbonero el Mayor, pero para conocer su origen hay que remontarse al año 1964, cuando se fundó. Según el testimonio de algunos de los miembros más antiguos, entre ellos Jesús ‘Cheyenne’: «La peña se fundó hace 53 años y ellos entraron siendo niños», dice. En aquella época, había otras grandes peñas como La Cuba, que todavía existe, o El Ron Verde, Baco, La Chunga o los Tilingos, que han desaparecido.

El ambiente festivo también era diferente. «Antes nos juntábamos en un local con una cuba de limonada y música para bailar, pues a la peña se iba a bailar con las chicas y había una habitación negra o reservado». Hoy día las fiestas han cambiado y ya no existen locales, pues la fiesta se hace en la calle y las peñas se han juntado para traer orquestas. Según relatan los miembros de la actual junta directiva, la peña San Fermín cuenta con unos 450 socios con edades entre sesenta y un año, pues hay abuelos, padres hijos y nietos. La cuota se paga por matrimonios o parejas. Los jóvenes, de forma individual y los niños, a partir de doce años, por lo que obtienen unos diez mil euros.

«El sábado cenamos en el bar Pepe, con reparto de regalos, y el domingo hicimos un concurso de bebedores de bota», cuentan. Los varones debían beber de una bota de ocho kilos y las mujeres, de tres kilos. Como trofeo se dio una paleta de jamón. El lunes, el almuerzo popular y por la noche, aperitivo de jamón queso y vino en el bar Pepe. Y hoy, comida con macarrones y caldereta. El dinero que sobra lo dejan de remanente para el próximo año.

Cerveza y espuma

La peña Ancoras ofreció también la fiesta de la cerveza y la espuma, en el bar Roymar, y junto al resto de peñas de la localidad Los Terribles, La Tinaja, El Brochazo, La Cuba o Expontáneos han contribuido a ambientar las calles durante las fiestas, pues todas ellas, se han asociado para pagar las charangas, el chocolate y las dos fiestas de la espuma.

Previo al gran vermú de ayer se vivió el primer encierro por el campo, que sorprendió a todos por la rapidez con la que la manada llegó y entró a las calles del pueblo. Apenas habían pasado las nueve y media de la mañana y ya había terminado. Hoy, a partir de las 10 horas, se vivirá el segundo y último encierro campero y concluirán las fiestas en honor a la Virgen del Bustar.

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