El año en que ardió Guadarrama
Un incendio intencionado devora casi 400 hectáreas de pinares en el corazón de la sierra
El verano en Segovia estuvo plagado de sucesos desgraciados. Sin duda, el que más impacto mediático causó fue el incendio forestal en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. El 4 de agosto, el fuego devoró casi 400 hectáreas de pinares en el corazón de la sierra. Aunque se saldó sin daños personales, el incendio adquirió pronto caracteres dramáticos. La columna de humo superaba la cima de la montaña pocos minutos después de que se desatara el fuego, cerca de las tres de la tarde. Salía del monte, muy cerca del casco urbano de La Granja de San Ildefonso. El nivel 1 de peligrosidad se mantuvo activado hasta las ocho y media, cuando las llamas llegaron al terreno del Parque Nacional. Entonces ya trabajaban en el monte alrededor de 50 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, que quedaron de retén para atacar el flanco izquierdo del fuego. Más de 200 personas entre todos los demás equipos trabajaron durante toda la tarde, hasta que la noche impidió el vuelo de las once aeronaves que actuaron sobre los pinares.
El despliegue de medios fue mayúsculo, como merecía el elevado valor ecológico de la zona, que en la parte baja estaba encuadrada en el Parque Natural de la Sierra de Guadarrama y en la más alta, en las cumbres, en el Parque Nacional. La sospecha de que el fuego había sido intencionado fue cobrando fuerza conforme pasaban las horas. En los comentarios de los vecinos, de los propios equipos de extinción y de algunas autoridades circulaba la hipótesis del descuido, de una colilla arrojada en la Cuesta del Plátano, la calle de la urbanización donde, al parecer, se había originado el incendio. La investigación confirmó después que, efectivamente, el incendio había sido provocado y guarda relación con el que también ese mismo día se había desatado en Miraflores, al otro de la sierra de Guadarrama, en la vertiente madrileña. La catástrofe natural dejó patente la solidaridad de los segovianos. La ola generada a raíz del incendio llegó a desbordar por momentos a los equipos encargados de organizar la ingente cantidad de ayuda. Las labores de extinción se prolongaron durante varios días. El fuego dejó una muesca mortal en el monte, pero la Junta de Castilla y León inició en cuanto pudo la restauración del monte afectado. No obstante, ver la sierra como estaba antes del fatídico 4 de agosto es algo que llevará mucho tiempo.
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