Los agricultores esperan una buena cosecha tras un año de meteorología atípica

Así lo corroboran los rendimientos obtenidos en las primeras explotaciones de cebada trabajadas. Entre 4.000 y 4.300 kilogramos de media por hectárea, cifra que disminuirá, puesto que las tierras cosechadas hasta ahora son las que están en mejores condiciones. No obstante, se mantendrá en unos 3.500 kilos una vez finalizada la cosecha, según los representantes de las organizaciones agrarias. Esta diferencia entre parcelas es acentuada en todos los cultivos, pero sobre todo en el trigo. «Estimamos que va a ser una cosecha muy irregular; va a haber parcelas con un alto rendimiento, otras más mediocres y otras bastante malas», señala José María Llorente, quien calcula que el rendimiento en este cereal rondará los 3.100 kilos por hectárea. Además de mejorar los rendimientos, el representante de Asaja también destacó que la calidad de la cosecha va a ser «bastante buena».

Y a ello ha contribuido la situación meteorológica. Si el mes de mayo ayudó y permitió que el grano fuera madurando poco a poco, el pasado junio también fue propicio al no tener temperaturas elevadas. «Es uno de los meses de junio más fríos que hemos tenido, de los más lluviosos; ha habido peligro con las tormentas en algún punto, pero nos hemos librado de las heladas», explica Juan Manuel Palomares.

Por su parte, Llorente recalca que ha sido un año «atípico» desde los inicios de la siembra, con un invierno muy lluvioso y meteorología adversa. Segovia puede estar «satisfecha» en cuanto a las granizadas, ya que en otras provincias han sido más importantes y dañinas. Respecto al mes de junio, indicó que «acompañó bien en sus inicios», pero hizo también hincapié en que el calor empezó a castigar ocasionando la proliferación de hongos y enfermedades en la planta.

En este sentido, el representante de Asaja en Segovia advierte de que la prohibición de quemar rastrojos «impide que se eviten muchos males que acaban encadenándose una campaña tras otra». Llorente considera que «es más sano y natural utilizar métodos clásicos antes que los modernos, que lo que hacen es encarecer los costes de producción y generar cierta acumulación de residuos que no es nada buena».

Esto viene dado por la necesidad de utilizar productos plaguicidas y fitosanitarios para sanear el terreno al no poder quemar rastrojos, lo que preocupa al agricultor por la generación de residuos. La cada vez mayor presencia de maleza y la disminución del pastoreo, entre otros factores, hacen que sea más complicado mantener la cosecha en condiciones, según Llorente, quien aboga por una política de quema de rastrojos «sensata, cabal y organizada» que permita sanear el terreno.

Si bien todo parece indicar que el rendimiento en las parcelas destinadas a cebada y trigo será bueno, de la cosecha hortícola cabe esperar en un principio lo contrario. De primeras se sembraron con mucho retraso debido a las lluvias, en algunos puntos incluso se hizo hace pocos días, cuando normalmente se siembran al menos un mes antes. Según el representante de UCCL, se verá mermada la producción de todas las hortícolas. Las inundaciones y la excesiva humedad impidieron la siembra y, además, las bajas temperaturas han ocasionado que su desarrollo sea pequeño.

Para el representante de Asaja, la patata es la máxima afectada debido a que tuvo momentos muy complicados cuando había que sembrar. «Hubo agricultores que sembraron, pero se les inundó recién nacida la planta y en otros casos no pudieron ni siquiera llegar a sembrar», indicó.

En cuanto al uso en la ganadería, muchos cereales que tenían hierbas u otras malezas han sido segados para forraje. Según Palomares, habrá un buen suministro de materia prima para el ganado, además de contar con unos pastos «espectaculares» a raíz de las cuantiosas lluvias producidas. Este hecho solventa el problema de abastecimiento que se produjo con la mala cosecha del último año. «Se compensa un poco la escasez que había, que produjo que casi todo el forraje en stock para el ganado extensivo permaneciera bajo mínimos», aclara José María Llorente.

Buenos rendimientos en trigo y cebada, no así en las hortícolas, que parecen indicar que la cosecha será buena, aunque Palomares incidió en un punto negativo. «Un pequeño contrapunto es la caída que está habiendo del precio del cereal», indicó, lo que unido a las importaciones a bajo precio puede ocasionar la bajada del rendimiento.

En otras provincias de la región, especialmente en Burgos, Palencia y León, las lluvias del último mes han retrasado el inicio de la siega. Pero lo que más daño está haciendo en los cultivos son las últimas y abundantes tormentas con pedrisco. Las organización profesionales piensan que la única posibilidad de controlar el riesgo es la suscripción de un seguro agrario.

En este sentido, la Alianza UPA-Coag hace un llamamiento a la responsabilidad de Agroseguro para que no se acumulen retrasos en las peritaciones porque «este desastre que están sufriendo los productores requiere de diligencia para que sean indemnizados ajustándose a los elevadísimos daños sufridos».