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Una persona en silla de ruedas justo en el acceso a un inmueble donde hay un escalón. Antonio de Torre

Más de 23.700 viviendas siguen sin ser accesibles para personas con movilidad reducida

El 62% de los hogares de Segovia ya han realizado las adaptaciones oportunas en interiores y exteriores para eliminar barreras arquitectónicas

Sábado, 25 de octubre 2025, 09:07

La accesibilidad universal es un derecho que tienen reconocido todos los ciudadanos. Es una característica que deben cumplir los diferentes espacios y edificios, que garantiza ... que las personas con discapacidad puedan vivir de forma independiente y tener las mismas oportunidades que el resto. Para cumplir con esta premisa, muchas veces es necesario realizar ajustes y derribar barreras arquitectónicas. Segovia avanza en este propósito, pero todavía permanece a la cola del país en lo que a adaptación de infraestructuras se refiere. Casi 24.000 viviendas todavía suponen un obstáculo para aquellos habitantes con movilidad reducida en la provincia.

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El 37,6% de los pisos o chalés destinados a residencia habitual que se reparten por el territorio segoviano no son accesibles. Así lo confirma la última encuesta de población y viviendas elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Segovia es la decimoséptima provincia con mayor porcentaje de edificios que presentan barreras a la movilidad, por lo que queda muy alejada de la media nacional. A la cabeza del ránking se sitúa Álava, donde la proporción de casas inaccesibles se reduce al 19%, mientras que se dispara hasta casi la mitad en el caso de Santa Cruz de Tenerife. En Segovia capital, los hogares accesibles -11.578- superan por muy poco a los que no lo son -9.456-.

Hay portales con varios escalones que brindan acceso a los bloques de pisos, cuyo desnivel ha tenido que ser salvado con una rampa pero no tienen ascensores; pasillos estrechos que impiden avanzar en silla de ruedas, aseos que carecen de barras para facilitar el apoyo de usuarios con muletas, baños con bañera en vez de duchas o habitaciones tan reducidas que apenas se puede entrar con un carrito de un bebé. La mayor concienciación ha impulsado la resolución de muchos de estos problemas. El urbanismo ahora tiene en cuenta estos obstáculos, pero todavía queda un largo camino por recorrer.

La tasa de discapacidad en la provincia se eleva a 89 personas dependientes o con dificultades de autonomía personal por cada mil habitantes, las cuales requieren facilidades para sus traslados en el día a día. El índice se dispara según avanza la edad, ya que de 6 a 44 años se contabilizan 15,5 segovianos con discapacidad por cada mil habitantes; de 45 a 64 años la tasa se sitúa en 57; de 65 a 79, en 144; y a partir de los 80 años, en 545, de acuerdo con el instituto estadístico.

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Solo en Castilla y León hay más de 35.000 personas con problemas de movilidad. Se trata de cifras altas, de ahí la urgencia que requiere la adaptación de los diferentes espacios a un número muy amplio de habitantes. Los que más complicaciones presentan a la hora de cumplir con este cometido son los bloques de viviendas de tamaño medio -de 2 a 9 pisos- que fueron construidos en las décadas de 1970 y 1980, debido a que más de la mitad de los hogares de estas características lamentan barreras arquitectónicas de diverso tipo. Mientras, los que más facilidades visibilizan para la dotación de una mayor accesibilidad son los chalés y aquellas grandes promociones inmobiliarias cuya construcción es posterior a 1990.

El nivel de ingresos también es determinante, pues la mayor proporción de viviendas que no son accesibles se da entre aquellos hogares que ingresan menos de 1.500 euros al mes. Tan solo el 9% de los inmuebles que presentan alguna deficiencia de adaptación para personas con movilidad reducida están habitados por familias que ingresan más de 3.000 euros mensuales.

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