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Ganado vacuno en la vertiente segoviana de la sierra de Guadarrama.
Los ganaderos de la sierra reclaman la convocatoria de ayuda de la Junta

Los ganaderos de la sierra reclaman la convocatoria de ayuda de la Junta

La asociación Sierra de Segovia pide también que la prueba para detectar tuberculosis sea opcional al no ser «fiable»

álvaro gómez

Miércoles, 21 de diciembre 2016, 22:49

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La Agrupación de Defensa Sanitaria (ADS) Sierra de Segovia, compuesta por un centenar de socios, reclama la subvención a los ganaderos por parte de la Junta que llevan cuatro años sin recibir. Alfonso Velasco, presidente de la asociación, confesó que son los socios los que actualmente están aportando 50 céntimos por cada unidad de ganado mayor y así financiar los gastos mínimos necesarios para mantener la organización viva.

El precio de dicha cuota se debatirá en la asamblea general ordinaria, que se celebrará el 28 de diciembre, ya que puede ser necesario subirlo a 60 céntimos para afrontar la ausencia de subvención. «Parece que sí hay dinero para otras cosas y al sector primario lo tienen olvidado», denunció Velasco.

Por otro lado, los ganaderos de la sierra, que cuentan con alrededor de 8.000 cabezas de ganado, piden que la prueba con gamma-Interferón que se realiza en el bovino para detectar enfermedades como tuberculosis o brucelosis deje de ser obligatoria ya que, según Velasco, «no es fiable ni segura». Tras el positivo y el sacrificio de las reses, las pruebas post mortem descartan la enfermedad en la mayoría de los casos. «Casi el 90% de las vacas sacrificadas posteriormente dan negativo pero los animales ya se han sacrificado y no hay vuelta atrás», declaró Velasco, cuya experiencia en 2009, al sacrificar 30 de sus reses por el positivo de la prueba y demostrarse que solo cinco padecían brucelosis, supone un ejemplo más para que los ganaderos desconfíen del test con gamma-Interferón.

Por su parte, Óscar García, veterinario de la asociación, destacó como principal factor en el contagio «el contacto inevitable del vacuno extensivo con la fauna silvestre y más aún con las fincas cinegéticas». García consideró que el error de las pruebas «no es una cuestión de negligencia» aunque recordó que el margen de error es muy alto y para los ganaderos y técnicos «es inasumible que se sigan sacrificando por cada vaca enferma, una o dos sanas». Las cifras oficiales de 2014 muestran el elevado margen de error de las pruebas ya que, según el programa nacional de erradicación de tuberculosis bovina, de 20.797 animales sacrificados en España, solo el 17,2% dieron positivo tras su muerte.

En Castilla y León el porcentaje es aún menor, con el 6% de los 7.725 sacrificios. Respecto a estas cifras, García declaró que puede existir cierto margen de error en los análisis post mortem debido quizá a que «en la toma de muestras no se haya localizado el órgano infectado». Así, el veterinario es cauteloso y reduce la cifra pero habla de mínimo un 50% de falsos positivos.

Pérdida económica

El presidente de Sierra de Segovia hizo hincapié en la pérdida económica que supone cada sacrificio. «Una vaca puede valer entre 1.500 y 1.800 euros, pero al sacrificarla solo obtienes 600 euros en carne más una indemnización de unos 200 euros». Dicho pago, además, «tarda mucho en cobrarse», según aseguró Velasco.

Desde la asociación piden que cambie la normativa que impide la vacunación en la reposición de las novillas. «El miedo es que llevamos dos años sin vacunar de brucelosis a la reposición y esos animales ya están desprotegidos», anunció Velasco. Las crías representan en torno al 10% de toda la cabaña y corren el peligro de contraer brucelosis al entrar en contacto con la fauna animal, ya que los corzos, jabalís o cabras pueden transmitir la enfermedad. «Los ganaderos queremos que se pueda vacunar de manera continua ante la brucelosis», sentenció.

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