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Daniel de Lucas posa apoyado en un pino.
«En un pueblo no te aburres, siempre hay algo que hacer»

«En un pueblo no te aburres, siempre hay algo que hacer»

La empresa de Daniel de Lucas gestiona conjuntos de pequeños montes privados para devolverles vida y rentabilidad

rafael de rojas

Domingo, 17 de julio 2016, 13:38

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Daniel de Lucas, a sus 26 años, lo tiene bien claro: quiere quedarse a vivir en su pueblo, Mudrián. Con 250 habitantes censados, su pueblo está en la parte sur de Tierra de Pinares, y eso es lo que más le gusta a él. Pinares, monte, resina, caza... todas las palabras de su universo infantil son ahora su profesión y su vida.

Cuando tuvo que decidir qué estudiar, se inclinó por hacer Ingeniería Forestal y de Montes en el campus de la Universidad de Valladolid en Palencia. Cuando hubo de especializarse, se hizo experto en planificación forestal con tecnología LIDAR. Para sus primeros trabajos siguió echándose al monte: prevención de incendios en Ávila, en Segovia o desde los servicios centrales regionales.

Así que no es de extrañar que a la hora de emprender tampoco se saliera de los senderos rurales y que a su empresa de gestión forestal la llamara La Pina. La empresa comenzó con dos personas, él y su socio Jorge Santos, de 24 años y capataz forestal. «Yo salía al monte y veía que estaba muy abandonado. El monte privado tiene un problema, que es las parcelas son muy pequeñitas, no están cuidadas y no se aprovechan para nada», explica.

Lo que propone su empresa es reunir la gestión de esas parcelas hasta convertirlas en algo más grande y rentable. Una idea sencilla que aproecha los recursos más elementales para dar una nueva oportunidad a las zonas rurales y promover su conservación. Eso es lo que pensaron en la Fundación Biodiversidad, donde seleccionaron su proyecto para los premios Red Emprende Verde en los que consiguieron el accésit de Protección de la Biodiversidad.

«Se presentaron unas 250 candidaturas y fuimos preseleccionados como start up. Con el premio fui a la Esade Business School de Barcelona, donde di un curso de desarrollo de modelo de negocio, de técnicas de necio y luego hicimos una presentación», relata. El premio tenía una dotación de 6.000 euros y, al juntarloc on la subvención que concede la Diputación de Segovia a las nuevas empresas de la provincia, en enero de 2015 ya pudieron comenzar a trabajar.

Desde entonces, y a pesar de las trabas encontradas, este emprendedor defiende que si bien la vida fuera de la ciudad puede tener sus dificultades, «el medio rural tiene muchas oportunidades, muchas cosas en las que trabajar. En un pueblo siempre hay algo que hacer».

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