Los vicios políticos arden con la sardina
El duelo festivo de las comparsas en el entierro de la sardina anticipa la representación del combate entre don Carnal y doña Cuaresma
César Blanco Elipe
Jueves, 11 de febrero 2016, 10:33
Lo profano y lo religioso se fundieron una vez más en el ardor de las ascuas de la sardina. Así lo manda el ritual, que un año más despidió el carnaval segoviano con el luto festivo de las comparsas de la ciudad desfilando desde San Martín hasta la Plaza Mayor para despojarse de los disfraces y de las máscaras hasta el próximo año. El funeral en rojo y oro de La Semifusa abrió el cortejo de plañideras, que pasearon su duelo tras los sones de la Escuela de Dulzaina de Segovia. Unos pocos sollozos, apenas unos lamentos y llantos acompasaron el paso de los variopintos féretros que portaban las sardinas hacia el fuego que aguardaba en la elipse, vigilado eso sí por los bomberos del parque de la capital. Mejor que los lamentos, la música que acompasó el séquito.
Este año, la primera en consumirse en las revoltosas llamas fue una sardina con el lomo plagado de reconocibles rostros, fundamentalmente relacionados con la vida pública y política del país. Todo una metáfora de la pregonada regeneración que ha de surgir de las cenizas. La Semifusa tiró a la hoguera un pescado con doble cara, pues en un lado estaba Mariano Rajoy y en el otro Pedro Sánchez. Como diciendo que tanto monta, monta tanto. Pero casi como si fueran escamas figuraban caricaturizados Artur Mas, Rita Barberá, Pablo Iglesias, Oriol Junqueras, Alberto Rivera, Jordi Pujol, Luis Bárcenas o el ministro Cristóbal Montoro, entre muchos otros.
Capoeira y pirotecnia
Los componentes de la debutante comparsa de La Morada (formada a partir de Podemos Segovia) también escenificaron la quema de la corrupción con un ristra de sardinitas que llevaban el nombre de algunos de los casos y personas más sonados: los EREs de Andalucía, Nóos, otra vez Bárcenas, Matas o de nuevo Pujol ardieron en la pira, lo mismo que unos sobres que simulaban guardar dinero y los carritos que estos basureros de la corrupción han portado durante el carnaval.
La política no fue la única que ardió en las llamas que se elevaron ante la Catedral. Todo se consumió ante la mirada de decenas de curiosos que arroparon a don Carnal en sus penúltimos suspiros de desorden e impostura. Cada comparsa pasó por la pira para arrojar su sardina. Los astronautas de Pasitos no encontraron mejor ataúd que un cohete. Dos pequeñas vikingas de Los Vacceos hicieron lo propio con sus sardinas encajonadas, que no enlatadas. Los polis y cacos de Apadefim; Shreck y un gnomo de Los Chirigoteros; las simpáticas muñecas de Para que Tú lo Bailes, y los piratas de La Semifusa despidieron el carnaval al calor de la hoguera en la que veían arder la transgresión de estos días con el afán del renovador fuego carnavalesco.
La cuaresma llama a las puertas del almanaque, pero antes tenía que vérselas con don Carnal. La escenificación de la lucha corrió a cargo del Taller Municipal de Teatro y del grupo Os Batucones. El compás rotundo y rítmico de los tambores y las percusiones y los juegos de fuego y pirotecnia marcaron el relato del feroz combate librado entre la lujuria y la austeridad. Los dos se batieron en una coreografía de capoeira y batucada.
Doña Cuaresma salió victoriosa de la lid y aguarda la penitencia hasta el Sábado Santo. Pero a las huestes de don Carnal aún les quedan algunos resquicios festivos con los que regodearse, como el Domingo de Piñata, a celebrar dessde las 12:30 horas el día 14 en la Plaza Mayor, con el cántico de coplas y la entrega de premios de los concursos.