La Semana Santa estrenará partitura

El sonido más característico de la Semana de la Santa de Segovia es el silencio. Un mutismo reverencial, solemne y respetuoso que solo rompen los tambores y los instrumentos de viento de las bandas de las cofradías, hermandades y feligresías. Interpretan la rotunda banda sonora que acompaña a ese monumental silencio en que hallan sereno recogimiento cuantos viven el fervor del ciclo pascual. Aunque como sentencia el presidente de la Junta de Cofradías, Miguel Hernández, «la Semana Santa es de todos».

Por esa universalidad de la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, Segovia anhela ser investida con la declaración de Interés Turístico Nacional.

En su afán por innovar sin perder la esencia, el sentido y la tradición religiosas, la Semana Santa de este año alberga en su programación un debut sonoro y sonado. Tal y como ha anticipado el presidente de la junta directiva de las cofradías, «se va a estrenar una pieza musical creada por un compositor de Jaén llamado Francisco José Sánchez Sutil». Este músico andaluz ya cuenta con la experiencia segoviana de haber compuesto dos marchas procesionales para la Cofradía de la Soledad al Pie de la Cruz y del Santo Cristo en su Última Palabra, según precisó Hernández en el acto de presentación del cartel y del pregonero, que aprovechó para deslizar esta novedad.

'Cofrade segoviano'

El responsable de la junta añadió que la obra ya tiene nombre: 'Cofrade segoviano', todo un homenaje musical a esta figura sin la cual sería imposible la conmemoración del ciclo pascual. Unas 5.000 personas componen en la ciudad esta familia entre las diez cofradías, hermandades y feligresías existentes

Además, la partitura escrita por Sánchez Sutil está creada para dos interpretaciones instrumentales: para orquesta y para las bandas. La puesta de largo de la pieza será el 5 de marzo, en la iglesia de San Miguel, dentro del concierto inaugural de la Semana Santa. Los honores de su interpretación por primera vez recaerán en los integrantes de la Unión Musical Segoviana, cuyo presidente, Antonio García, recibió de manos de Miguel Hernández el libreto con la partitura para empezar cuanto antes los ensayos.