Aumentan los episodios de amenazas y de acoso de padres a profesores
Un informe del sindicato Anpe revela la tendencia ascendente de los casos que atiende el Defensor del Profesorado en la provincia
César Blanco Elipe
Miércoles, 2 de diciembre 2015, 12:06
«La conflictividad en las aulas crece». Es la conclusión del informe del Defensor del Profesor elaborado por el sindicato independiente Anpe. Tajante y rotunda. A partir de ahí, el análisis de la organización profesional despliega toda una cirugía de bisturí que disecciona las causas y consecuencias de que los docentes en la comunidad estén cada vez más en el punto de mira de alumnos, padres, directores de centros e incluso de sus compañeros.
Si usted es educador en algún colegio o instituto, a lo mejor le suenan en primera persona estas situaciones que cita la central como motivos suficientes para dar la voz de aviso. Por ejemplo, si se pierde un tiempo enorme en cada clase para lograr un mínimo de silencio y una actitud de trabajo. O si le resulta imposible reaccionar ante un insulto, por grave que sea, con una sanción inmediata. Conviene recordar que una vez finalizada la clase, se debe comenzar un proceso administrativo. También pueden toparse con que los alumnos conflictivos y el tiempo dedicado a su atención perjudique a los chavales que sí desean aprender.
Sensación de vulnerabilidad
Por estas y otras razones, nota un creciente sentimiento de que su trabajo está menos valorado, no solo por los estudiantes sino por buena parte de las familias, «a pesar de verse obligados a asumir sus funciones en muchos casos», advierten y matizan los representantes de Anpe al hablar de cómo cada vez más «se pone en duda la profesionalidad del docente». Las decisiones que toma como profesor son cuestionadas y se ha de afanar en justificar la exigencia, la seriedad, el fomento del estudio... Todo este compendio de situaciones conducen al profesorado a la frustración e incomprensión.
«La situación de vulnerabilidad dificulta la actuación inmediata en conflictos entre alumnos», indica el sindicato, que a su vez llama la atención sobre «la repercusión de estos conflictos en la salud obliga a veces a recurrir a bajas que distorsionan el funcionamiento del centro, perjudican al alumnado y sobre todo superan al docente».
Las cifras no tienen desperdicio.Durante el pasado curso 2014-2015 el Defensor delProfesor de Anpeabordó un total de 57 casos en el conjunto del tejido educativo no universitario de la comunidad autónoma, en los que se vieron involucrados otros tantos profesores como víctimas, lo que representa un llamativo incremento de once expedientes en relación a los 46 contabilizados en el curso 2013-2014, que de hecho ya fue testigo de otro sustancial aumento, al subir en una decena los conflictos tratados por esta figura protectora, encarnada por Jesús Niño, quien también coordina la prestación en el ámbito estatal.
Si se utiliza como único baremo el número de incidentes, la provincia más conflictiva fue Valladolid, que acaparó quince casos. Con siete expedientes, el segundo lugar figura Ávila; y Salamanca completa el trío que más trabajo dio al Defensor del Profesor en curso pasado. En esta particular clasificación, los cinco expedientes registrados en Segovia empatan con los contabilizados en territorios con censos escolares mayores, como Burgos, e incluso superan los cuatro de León.
Lo peor es la tendencia al alza, una curva ascendente que emula a la regional. Hace dos cursos, el Defensor del Profesor solo atendió un aviso de la provincia. Al ejercicio siguiente fueron tres. Y en el último, las citadas cinco demandas de ayuda lanzadas por educadores que trabajan en centros segovianos.
Falta de respeto
En el cómputo autonómico, de los 57 casos, el mayor bloque se sitúa en la EducaciónPrimaria, que concentra 31 expedientes. Sobrepasa con creces la tradicional conflictividad que se detecta en la Secundaria, repleta de adolescentes, donde hubo quince peticiones de auxilio por parte de otros tantos profesores.Jesús Niñoha admitido estar especialmente preocupado por el palpable incremento de los casos localizados enEducaciónPrimaria, sobre todo en quinto y sexto curso.
En cuanto a la procedencia del acoso o de las amenazas, el informe dado a conocer por Anpe detecta un cuantioso crecimiento de los incidentes protagonizados por los padres que amedrentan, insultan e incluso agreden físicamente a los profesores de sus hijos. Más de once expedientes abiertos el curso pasado están relacionados con ello. Sobresalen las amenazas, que de un año a otro se han duplicado.
El abanico de problemáticas aglutina un conjunto muy importante en las conflictivas órbitas encarnadas por las agresiones (siete casos); mientras que la falta de respeto, las denuncias de padres y el acoso por parte de éstos hacia los docentes aportan cuatro casos más por cada uno de estos ámbitos. Sin embargo, el mayor volumen se refiere a profesores que pidieron el amparo del sindicato Anpe por diferentes conflictos y discrepancias con la administración educativa (un total de once), especialmente con los inspectores de educación.