Treinta años de ‘monsieur’ Reguera
El artista segoviano cumple tres decenios de exposiciones regulares en París con una nueva muestra de pinturas y fotografías
César Blanco Elipe
Martes, 3 de noviembre 2015, 14:02
París adoptó hace casi treinta años el arte de Alberto Reguera. El segoviano, siempre orgulloso de sus raíces castellanas, acumula ya un formidable, largo y reconocido etcétera de incursiones colectivas e individuales en galerías, instituciones y otras propuestas culturales francesas. Monsieur Reguera celebra esos casi tres decenios de presencia expositiva regular en la capital gala con una nueva muestra de su inagotable creatividad plástica a la que da cobijo la sede del Instituto Cervantes en París.
Su obra y su personalidad nómadas regresan al Viejo Continente después de las picas colocadas en Asia, donde el trabajo de Alberto Reguera goza también de un enrome predicamento, como pudo comprobarse en el éxito cosechado en el Museo UMAG de Hong Kong por su proyecto Blue expansive landscape. Este retorno a Europa no lo hace solo, sino acompañado de un amigo al que el segoviano confiesa tener «mucho aprecio y admiración». El director del Instituto Cervantes en París, a la sazón crítico de arte y de literatura, comisario de exposiciones y poeta, ha propiciado la nueva aventura de Reguera en la capital de la luz. Antípodas / Antipodes es el nombre que conjuga el paisajismo externo de la artista con sus paisajes interiores.
El autor entremezcla ocho fotografías y doce pinturas «como si de un espejo se tratara». La obra fotográfica atrapa piezas de 2006 y 2007, instantáneas casi geométricas tomadas en Nueva Zelanda, Australia y Tasmania. En esas imágenes, el artista confiesa que «buscaba otra visión» a la que captó a finales de los noventa en los fiordos noruegos. Las composiciones reflejan esos mares de plomo que le inspiran las texturas metálicas de sus pinturas. Entre las ocho imágenes, una gran foto de 2013, refleja también su viaje a los parques naturales norteamericanos.
Con la mirada en el horizonte
En esas reverberancias que propone entre la expresión fotográfica y su concepto pictórico, intercala piezas que van desde 1999 hasta 2015. En la selección abundan los colores blancos y de iridio, los amarillos suaves y los azules que se mezclan con horizontes grises y violetas, describe el propio creador.
Una de las obras de gran formato que recoge Antípodas / Antipodes es la bautizada por el autor como Horizontes fugitivos, en la que revela «la superposición de horizontes que se pierden en la lejanía, pero que a su vez abrazan visualmente al espectador dadas sus grandes dimensiones», explica Alberto Reguera. Esa perspectiva propia de la lontananza está muy presente en los trabajos expuestos, que mandan un potente guiño a la pintura de la abstracción lírica francesa.
Así pues, el segoviano genera en el mismo espacio expositivo «un escenario entre ambas disciplinas que se complementan y enriquecen, interactúan entre sí, pareciendo una el reflejo y el espejo de la otra», añade monsieur Reguera. A través de esa manera de concebir la exposición y de las dos expresiones artísticas fotografía y pintura conversando entre sí, construye un conglomerado de fragmentos de naturaleza abstracta, «rebotando los unos sobre los otros, expandiendo de manera sutil las vibraciones de cada pintura o la luminosidad que contiene cada fotografía».
El eco del diálogo entre las obras es lo que percibe el espectador, quien interactúa con su mirada en el espacio expositivo, el cual se transforma por obra y gracia de Reguera en una caja de resonancia de los sonidos pintados de estas obras. Con esta muestra se cumplen casi treinta años de la presencia expositiva del segoviano en París. a través de exhibiciones en galerías como Olivier Nouvellet, Sylvie Le Page o Claude Samuel. Además, de una gran instalación pictórica realizada en 2012 en La Place du Louvre.