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Mujeres con mantillas blancas caminan delante de las imágenes.

Las calles de Cuéllar estallan de júbilo

Los vecinos abarrotan la Plaza Mayor para vibrar con el emotivo encuentro entre la Soledad y el Cristo Resucitado

daniel martín

Lunes, 6 de abril 2015, 10:54

La celebración de la semana de Pasión finalizó en Cuéllar con la Procesión del Encuentro en un soleado domingo de Resurrección. Una instantánea que no quisieron perderse los cuellaranos, que abarrotaron la Plaza Mayor de la localidad para vibrar con el encuentro entre el hijo y su madre.

La imagen de Cristo Resucitado partía con una puntualidad británica de la iglesia del Salvador, portada por cuatro cargadores que la elevaban hasta el trono con el que iba a realizar el trayecto hasta la Plaza. Hasta 32 penitentes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno cargaron la talla, acompañados por la Banda de Cornetas y Tambores. Todo era alegría, los rostros habían cambiado desde la jornada de Viernes Santo hasta este Domingo de Resurrección. A su vez, la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad salía en procesión del convento de San Francisco acompañada por los cofrades, y numerosas manolas, que vestían con mantillas blancas, dejando atrás el negro, señal de luto.

La Soledad, de rostro imponente, avanzaba por las calles de la villa al son de las cornetas y tambores de su banda hasta llegar a la Plaza Mayor. Allí se producía la imagen más esperada, el encuentro, con las pertinentes reverencias de la madre al hijo, y del hijo a su madre. Esta última, además, cambiaba su manto negro por otro blanco, al igual que las manolas, como símbolo de la resurrección de Cristo.

Suelta de palomas

Con la Marcha Real y los aplausos de los cuellaranos continuaban hasta el templo de San Miguel. Justo después de que se soltaran palomas como símbolo de la paz. Posteriormente se llevó a cabo la celebración de la Eucaristía que puso punto y final a la celebración.

Con este Domingo de Resurrección finaliza el triduo pascual y una Semana Santa que ha resultado inolvidable. El buen tiempo ha realzado todos los actos y ha propiciado una excelente respuesta de los cuellaranos, que se han echado a la calle, al igual que los muchos visitantes que han llegado hasta la villa estos días. Ahora se inaugura un periodo litúrgico de 50 días conocido como tiempo pascual, que finalizará con el Domingo de Pentecostés.

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