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La actriz Charo López, en el escenario de la Sala Expresa durante la representación de ‘Ojos de Agua’.
La voz viva de la Celestina

La voz viva de la Celestina

Charo López presenta en la Sala ExPresa ‘Ojos de Agua’, una revisión de la obra de Fernando de Rojas

el norte

Sábado, 13 de diciembre 2014, 12:13

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La voz profunda de Charo López es madura, reflexiva. Perfecta para dar vida y carácter al personaje ficticio y real de Fernando de Rojas. Para llenar el escenario casi desnudo, de una escenografía simple, que la actriz salmantina completa con sus gestos, con el monólogo reescrito en la coproducción que coordina la compañía Ron Lalá, que dirige Yayo Cáceres y que tiene nueva dramaturgia de Álvaro Tato para revisar La Celestina y dar a los pasajes clásicos de la obra un enfoque actual, para hacerlos del presente.

Ojos de Agua , recién estrenada hace una semana en San Lorenzo de El Escorial, llegó ayer a Sala Expresa de la vieja prisión, reconvertida en centro cultural, solo unos días antes de que la actriz reciba (el próximo lunes) uno de los premios HazTuAcción a las grandes trayectorias profesionales que le ha concedido la Fundación AISGE, un reconocimiento a su trabajo durante décadas y a su compromiso con los derechos humanos.

Con esta recreación del personaje universal, de la mujer sabia por edad y por vivencias, de la Celestina que pudo ser tras recluirse en un convento después de la tragedia de Calisto y Melibea, la actriz muestra la reflexión de la mujer madura, de vuelta de todo, tan contradictoria como cualquiera, a lo largo de un día y en tres estancias, el huerto, la cocina y un telar. Tira de sus recuerdos de alcahueta, de sus tejemanejes y su brujería, de sus deseos ya olvidados y a la vez presentes en la memoria para ser humana, rebelde, libre al fin aunque enclaustrada.

El texto extraído de Rojas y enlazado por Tato y Cáceres rezuma humanidad, alegría, crudeza, vida y muerte. Y Charo López lo eleva, lo pone carne y voz y silencios rotos, y gestos vivos y valientes de la juventud perdida y aún latente en el cuerpo maduro de la tejedora de engaños. El público ríe, a ratos a carcajadas, se emociona con este monólogo de Ron Lalá.

Es el sello de la compañía. Teatro actual sobre cimientos clásicos. La humanidad de hace siglos poniendo el punto sobre todas las íes a la de hoy. A una sociedad que se debate, como las de otros tiempos, sobre las mismas olas, entre la vida y la muerte, el amor y el engaño, el ser y el no llegar a ser, lo que pierde y lo que no ha tenido. Y es la voz y la fuerza de Charo López.

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