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Uno de los caballos 'madereros', listo para arrastrar un tronco hasta la zona donde pueda ser recogido por las máquinas cargadoras.

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Uno de los caballos 'madereros', listo para arrastrar un tronco hasta la zona donde pueda ser recogido por las máquinas cargadoras. DAVID ARRANZ-ICAL

La 'saca' tradicional del pino

Dos caballos trabajan para sacar los árboles cortados allí donde no llegan las máquinas

C. TABERNERO / ICAL

SALAMANCA

Lunes, 9 de abril 2018, 13:22

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En las laderas de la Peña de Francia, entre sinuosos y pedregosos caminos de este Monte de Utilidad Pública propiedad de la Junta de Castilla y León, habitan miles de pinos silvestres, robles, castaños y tejos. Los primeros, fruto de una repoblación que se realizó en 1943 y que, al ser una de las más antiguas, confiere a estos árboles la categoría de pinos con más edad de la provincia, son habitualmente parte de los aprovechamientos forestales recogidos en el Plan Técnico del Gobierno regional para la corta y retirada de madera como parte del cuidado, sostenibilidad y regeneración de los montes de la región. Sin embargo, la dificultad para el acceso a estas escarpadas zonas, impide que las máquinas lleguen hasta determinados rincones del monte donde están señalados los árboles que se deben talar. ¿Cómo se cumple entonces con el aprovechamiento para el cuidado del monte?.

Es ahí donde aparecen 'Calcetín' y 'Rubia'. Y es que a pesar de que parezcan los nombres de dos animales domésticos que uno pueda tener por mascota en la ciudad, se trata de dos caballos de gran musculatura y fortaleza, uno de pelaje marrón oscuro y otro claro, que gracias a su capacidad de carga, arrastre y acceso a rincones abruptos de la Peña de Francia, permiten que el aprovechamiento maderero del Monte de Utilidad Pública de la Junta se pueda llevar a cabo cada año en las condiciones que marcan los agentes medioambientales del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Salamanca, según las características señaladas en el Plan Técnico del Gobierno regional.

'Calcetín' y 'Rubia' son así una parte más, aunque imprescindible, de una de las empresas que se presenta a la licitación para el aprovechamiento maderero de los bosques ubicados en el Monte de Utilidad Pública. Su trabajo, que se desarrolla en jornadas de ocho horas, comienza a primera hora de la mañana, principalmente en los meses de invierno, y se extiende hasta aproximadamente el mediodía en turnos de trabajo, si ambos animales deben acceder al mismo punto, o en lugares separados pero siempre con descansos, para que el caballo pueda resistir las ocho horas de dura labor acompañado de los técnicos de la concesionaria, que se encargan de la tala de los árboles marcados por el Plan Técnico bajo la atenta mirada de los agentes y celadores medioambientales o de los peones especializados que trabajan para el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Salamanca.

Los equinos se turnan para trabajar y descansar, acompañados por agentes forestales

Esta 'saca' tradicional de la madera del Monte de Utilidad Pública no es patrimonio exclusivo de la Peña de Francia salmantina, ya que como explica Alfonso Sarmiento, director técnico de la Reserva de Caza de Las Batuecas, lugar donde se ubica la Peña de Francia, «se saca madera también de otros montes de utilidad pública del Parque Natural de Las Batuecas, que por la dificultad de acceso a determinadas zonas, también requiere de la presencia de dos o, incluso a veces, tres caballos». Sarmiento además relata que estos animales «deben estar entrenados para cargar con la madera y conocer el terreno», al igual que los trabajadores de la empresa concesionaria, puesto que las laderas de estos montes «no están preparadas para cualquiera».

Corte y transporte

Además del trabajo de 'Rubia' y 'Calcetín', la labor para el aprovechamiento forestal de la madera en la Peña de Francia también requiere del personal de la empresa concesionaria, que accede a esos dificultosos y escarpados lugares donde se encuentran los pinos marcados por los agentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente para el corte, «por estar ya secos o correr peligro de caída», ataviados con monos especiales para evitar accidentes con la motosierra y cortar con esta herramienta los pinos de las laderas de este impresionante monte salmantino. Previamente, se limpia alrededor y se observa hacia donde caerá el árbol, para evitar posibles accidentes entre el personal allí ubicado.

«Es un sistema que cada vez se utiliza menos, porque en los lugares donde es más fácil el acceso, se suele hacer con máquinas procesadoras y cargadoras», explica Sarmiento, quien añade no obstante que es «bastante espectacular de ver» este modo tradicional para realizar un aprovechamiento forestal de un producto, la madera, que como afirma el propio Sarmiento «se está vendiendo bastante bien últimamente, aunque es un mercado complicado».

Una vez finalizado el proceso de corte y caída del tronco, y tras ser arrastrado por los caballos por las laderas y caminos del monte hasta llegar a una ubicación donde pueden acceder los camiones de transporte de madera, estos cargan la cantidad obtenida y avisan al salir para que los agentes, celadores y peones medioambientales de la Junta puedan pesar la cantidad cargada y, en función de eso, tramitar el pago que debe hacer la empresa concesionaria por el aprovechamiento maderero.

Y es que, tal y como relata el director técnico de la Reserva de Caza de Las Batuecas, «las empresas acceden a los lotes de aprovechamiento por un precio mínimo de enajenación», que puede adquirirse por riesgo y ventura, con un precio final por todo el lote independientemente de la edad y el valor de la madera, o por liquidación final, donde una vez que se sacan los árboles, se controla la edad y estado de la madera «a través de los nudos que tenga el tronco en el lugar de su corte».

Así, y cuando se finaliza dicho proceso, la madera ya está lista para ser sacada del Monte de Utilidad Pública y comenzar su explotación económica, principalmente dirigida a «palés y maderas para construcción de edificios», señala Sarmiento, quien añade que «también se puede usar para muebles si en el corte tiene pocos nudos», puesto que «cuantos menos nudos tenga, de mejor calidad y más limpia será la madera». Una madera que, en gran parte, llega a las casas y edificios de pueblos y ciudades gracias a la tradicional labor de 'Calcetín' y 'Rubia', los caballos 'madereros' de la Peña de Francia.

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