Así relata Ángel Carcaño, del Aquimisa Carbajosa, el accidente que le ha dejado con 15 grapas en la cabeza
Una barra metálica de 30 metros golpeó en la cabeza al alero salmantino del Aquimisa de LEB Plata tras caerse de lo alto del pabellón de Carbajosa de la Sagrada. Así relata su experiencia
Dicen que ante un hecho trágico la vida se valora más. Ymucho más si el 'accidente' llega durante la juventud. El jugador salmantino del Aquimisa ... Carbajosa Ángel Carcaño, a un mes de cumplir los 24 años, le tocó afrontar el pasado viernes una experiencia que no olvidará el resto de sus días. Y lo dice siendo consciente de que pudo ser mucho peor. Mucho peor que las 15 grapas que le tocará llevar en la cabeza durante unos días tras el fuerte golpe que recibió cuando estaba colocando una de las canastas del pabellón de Carbajosa de la Sagrada en los instantes previos al amistoso de su equipo de LEBPlata, el Aquimisa, ante el Real Canoe. Quizá su formación -tras hacer Psicología realizó un máster orientado al deporte- le ayudará a afrontar con serenidad su dura vivencia. Este verano, tras subir a Liga EBA con el Baloncesto Villares, le llamaron desde el Aquimisa para formar parte del proyecto.
Quince grapas en la cabeza
Antes del calentamiento del pasado viernes, una barra de unos 30 metros de longitud que hace de contrapeso de las lonas que dividen la pista y que cuelgan del techo, cayó a plomo. Dicen que pudo golpear previamente en el aro y que ese 'milagro' evitó un mal mucho mayor. Carcaño no lo recuerda. Solo la sangre brotando de su cabeza a borbotones, el pánico del momento y que en poco menos de media hora estaba en el hospital. Tras 15 grapas en la cabeza y las correspondientes pruebas médicas, el alero charro formado en la cantera del CBTormes -de los 14 a los 20 años- pudo incluso irse a dormir a su casa con un gran susto en el cuerpo.
A la pregunta de qué tal se encuentra, Carcaño relata que «bueno... extraño y dentro de cómo podría estar... bien», señala el jugador de Aquimisa que reconoce que «todavía tengo el susto encima. Si lo piensas racionalmente estoy bien, pero involuntariamente te vienen los recuerdos, lo que sentí, todo el mundo sigue preocupado». Sobre el suceso, Ángel recuerda que «los jugadores colocamos las canastas, algo de lo que se encarga el club. Estaba con un compañero arrastrando una y de repente escuché un ruido muy fuerte, oí algún grito, y lo siguiente que recuerdo es un golpe muy fuerte, no entendía qué me había dado en la cabeza... y al llevarme las manos a la cabeza vi mucha sangre».
Carcaño no perdió la consciencia en ningún momento «por suerte. Me golpeó la barra que está en la parte inferior de la cortina. La barra que hace contrapeso. Casi ni me mareé. En esta situaciones lo peor que puedes hacer es desmayarte y yo intentaba que no me pasara. Intentaba hablar, pensar, mover las extremidades... y tuve suerte. La barra mide unos 30 metros, es hueca pero pesa mucho».
Al parecer, algo que no puede confirmar el jugador, la barra cayó primero sobre el aro y eso mitigó un poco el golpe que recibió Ángel:«No lo tengo claro. Carlos, un compañero, me dijo que lo vio todo y que de ese detalle no se acordaba... Quizá he sido salvado por la canasta. No lo sé. Ojalá que me lo puedan confirmar», añade.
Esos primeros instantes fueron alarmantes. «Sí, claro, nunca he tenido una herida en la cabeza, ni siquiera de pequeño. Vi un charco... nunca había visto salir tanta sangre de mi cabeza. Ahí sí que entré en 'shock'. Lo veía y no me lo creía», relata Carcaño que reconoce que su traslado al hospital fue muy rápido. «Si esto pasó a y veinte, a menos cuarto estaba entrando ya al hospital», cuenta el jugador que una vez allí «como vieron que la vista, las extremidades estaban bien, primero me cosieron y luego ya mi hicieron las radiografías y el TAC», apunta.
Su peor momento
Fue ese su peor momento: «Cuando esperas y no sabes si tienes el cráneo dañado, si podía tener afectadas las cervicales y la columna... Por protocolo no dejan pasar a nadie, vi a mis padres de refilón..., ellos descompuestos y pasé como una hora hasta que me valoraron llorando yo solo... con diferencia el peor momento de mi vida. Eso se me va a quedar grabado», dice.
A partir de ahora, el jugador de Aquimisa tiene que guardar reposo. «Sí. Las grapas me las retirarán a los 8-10 días, reposo total, sin esfuerzos y sin moverme mucho. Nada de ejercicio físico. Luego pues veré como me siento y con tranquilidad porque un golpe puede volver a abrir la herida», advierte.
El salmantino se siente ahora como si este pasado viernes hubiera vuelto a nacer por lo que podría haber pasado. «Sí, son tópicos que los escuchas y que nunca te va a tocar a ti pero es así. Yo solo pensaba en qué iba a ser a partir de ahora, solo pensaba en el futuro, lo que más me atormentaba», expresa el alero, que considera que sus estudios le ayudarán a sobrellevar mejor el suceso. «Sí, estoy primero graduado en Psicología y luego me especialicé en Psicología deportiva, que no es igual que la clínica pero sí que desde luego para la gestión emocional y entender cómo te sientes ayuda. No deja de ser un trauma, un evento emocional muy intenso».
Por último, Carcaño valora el trato que ha recibido de su club porque «ha sido bueno, desde antes de esto me sentí muy acogido. Y ahora viendo cómo me han arropado en el club, los jugadores... hemos hecho un buen grupo», finaliza el alero de Aquimisa.
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