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Francisco Giner Abati es catedrático de Antropología Social. MANUEL LAYA
«Quiero una Universidad humanizada y moderna, crítica y exigente»

«Quiero una Universidad humanizada y moderna, crítica y exigente»

Recalca que su programa no es continuista y ha sorprendido al colocar a un miembro del personal no docente en un Vicerrectorado

Ricardo Rábade

SALAMANCA

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Sábado, 18 de noviembre 2017, 11:46

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El llamado ‘efecto Abati’, tal como él mismo explica, puede trastocar las quinielas académicas en los comicios rectorales del lunes.

–¿Qué motivos le animaron a presentar su candidatura?

–Dentro de los principios de antropólogo, uno de ellos (el de la praxis) nos habla de la obligación moral de poner nuestros conocimientos al servicio de nuestra sociedad, y en mi caso, a la Universidad de Salamanca y la comunidad académica en general. Al mismo tiempo diferentes compañeros me animaron a presentar la candidatura por mis condiciones, trabajo y amplia experiencia internacional. Después de un periodo de reflexión, inicio un proceso de diagnóstico sobre los diferentes problemas de la Universidad (falta de motivación, participación, y de identidad con la Universidad; sin sentimiento de comunidad, con falta de pensamiento crítico, demasiada burocracia, sin apertura a la sociedad, con unos estatutos obsoletos y, en definitiva, mucho cansancio, desilusión y frustración). Y ante tanta desolación tomé la decisión de que había que hacer algo y presenté mi candidatura.

–¿Qué respuesta está recibiendo?

–Después de hablar largo y tendido con los diferentes colectivos mucha gente se está dando cuenta de que el discurso es completamente distinto a todo lo que han escuchado a lo largo de los años: sincero, honesto y con muchas ganas de co-crear con todos (profesorado, alumnado y el PAS) un proyecto ilusionante y revitalizador que permita transformar la Universidad haciéndola más moderna, digital, humanizada y, como nos exige la sociedad, enclavada en el siglo XXI.

–¿Le costó mucho formar equipo?

–Transformar nuestra Universidad como proponemos en nuestro programa es una tarea bastante compleja y exigente y para ello uno necesita tener el equipo adecuado: con talento, joven y dinámico, firme valedor de un programa con toda la experiencia necesaria y el buen hacer que merece el mismo y con la participación de todos abogando por una mayor apertura, transparencia y colaboración en este proceso de transformación. Es por ello que también estoy muy agradecido a los diferentes colectivos por su inestimable ayuda a la hora de identificar un equipo cohesionado, generoso y muy motivado.

–¿Qué ejes definen su programa?

–Con nuestro programa tenemos una oportunidad única en la historia reciente de poder rehumanizar la Universidad de Salamanca volviendo a los principios humanistas de Francisco de Vitoria (principal valedor del Derecho de Gentes, que es el origen del Derecho Internacional moderno y de los Derechos Humanos en general), al mismo tiempo que miramos con ilusión al futuro con una transformación digital que nos permita facilitar la creación del sentimiento de comunidad, un código ético, una labor social más cercana y humana y una modernización necesaria con un sistema de gestión de calidad muy necesaria, que nos habilite una mayor eficiencia para entre todos conseguir la excelencia que deseamos. En definitiva, la Universidad de Salamanca.

–¿Qué le diferencia de los otros tres candidatos?

–Como académico, me ha sorprendido mucho esta campaña por el creciente parecido con las de los políticos que tanto denostamos en nuestro día a día: en el mundo digital en el que nos movemos, una cantidad desmesurada e innecesaria de carteles, enormes lonas desplegables, folletos, libretos de programa, sobres con papeletas y cartas adicionales a los cientos de profesores y miembros del PAS que ya sabemos las vamos a tener disponibles junto a las urnas y que esperamos que en el día de las elecciones podamos encontrarlas en una cabina que garantice el voto secreto. Aparte de la saturación de mensajes no solicitados a través de correos electrónicos, whatsapp, cartas, y mensajes de sostenibilidad ecológica diametralmente opuestas a todas estas malas prácticas. Frente a éstas y otras muchas contradicciones, en esta nueva etapa propongo un proyecto nuevo, con la participación de todos, para crear una Universidad humanizada y moderna, crítica y exigente consigo misma con un código ético que aún no tenemos, abierta a la sociedad y convencida de que solamente a través de una decidida propuesta de acción social, desde la guardería a la residencia de ancianos, consiga crear un auténtico sentimiento de comunidad universitaria.

«Me ha sorprendido esta campaña por el creciente parecido con las de los políticos»

–¿Su candidatura es rupturista?

–¡Rotundamente, sí!. En otro caso, no habría tomado la decisión de presentar esta candidatura, porque nuestro programa no es continuista. Al contrario, queremos recuperar una serie de valores que no solamente informen, sino que formen y forjen la personalidad de los estudiantes con una calidad humana (un comportamiento ético, solidario, honesto, cercano, y responsable), que les distinga cuando se incorporen al mundo como los nuevos líderes del mañana que tanto necesita la sociedad española.

–Usted ha sorprendido incorporando a una trabajadora del PAS para gestionar un Vicerrectorado...

–No solamente proponemos un miembro del PAS como vicerrectora y coordinadora de servicios tan necesaria para la participación y revalorización de este importante colectivo, sino también una vicerrectora adjunta de estudiantes para abrir un nuevo canal de comunicación transversal, abierto, transparente, y colaborativo entre los estudiantes y el Rectorado. Además proponemos una bolsa de trabajo para que los estudiantes tengan la oportunidad de participar activamente en diferentes actividades académicas remuneradas que les permitan sufragar parte o la totalidad de sus estudios. Incluyendo asimismo un servicio de prácticas internacionales que les permitan no solamente mejorar sus idiomas, sino también adquirir nuevas experiencias vitales.

–¿Cuáles son las grandes carencias que presenta la Universidad?

–Una gran carencia que explica la falta de cohesión y pertenencia a la comunidad universitaria es la poca atención y cuidado que recibimos por parte de la institución. Ante ello proponemos una verdadera acción social que vaya desde la infancia con una guardería hasta la residencia de la tercera edad pasando por un club social y una casa del estudiante. Para redinamizar al profesorado proponemos un plan de choque de contratación de jóvenes ayudantes que rejuvenezcan la ya envejecida plantilla actual. Consolidación y promoción de plazas tanto de PAS como de profesores con una definición clara de la carrera académica, desde el ayudante hasta el catedrático. Entre las carencias destacamos la poca atención que recibe el deporte tanto en su participación como en el seguimiento de los equipos de la Universidad, lo que podría, si se cuidara, fomentar la identidad universitaria y sentimiento de comunidad. Los campus de Ávila, Zamora y Béjar, por su dispersión geográfica, no han sido suficientemente atendidos y precisan de una revalorización y relevancia muy necesarias.

–¿Qué puede aportar un rector con el perfil de antropólogo?

–Como antropólogo, puedo aportar los conocimientos profesionales para la transformación cultural de la comunidad universitaria en el sentido de humanización y modernización. Utilizando las claves que organizan los grupos humanos (la solidaridad, cohesión social, participación, identidad) podemos revitalizar el sentimiento de comunidad que nos ayudaría en la transformación necesaria de la organización con la participación e involucración de todos.

«Nuestro programa no es continuista y queremos rehumanizar la Universidad»

–¿Qué propone para conmemorar el VIII Centenario?

–Debemos proyectar la imagen de nuestra Universidad uniéndola a la de personajes universales de la historia (Fray Luis de León, Nebrija, La Latina, entre otros), pero sobre todo Cervantes, como estudiante que pasó por Salamanca, la figura española más universal. Esto nos ayudará a alcanzar las relaciones con las artes y la cultura para ser un referente de creatividad y un faro de atracción intelectual. Si somos capaces de involucrar a la sociedad en este acontecimiento, podremos recuperar del olvido proyectos como la gran biblioteca de Humanidades, que podría llamarse del VIII Centenario, y que duerme hace 25 años, así como el antiguo jardín botánico.

–¿Confía en la victoria?

–Por supuesto. Ése ha sido mi compromiso desde el comienzo.

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