La «obsoleta» ordenanza municipal y sus multas de hasta 2,5 millones de pesetas
El Congreso aprobó hace un año que los animales dejaran de ser cosas, jurídicamente hablando
DANIEL BAJO / WORD
Domingo, 30 de diciembre 2018, 12:17
La situación en Salamanca podría ser mejorable. En palabras de Fredes Barbero «como esperemos que salga algo de las administraciones salmantinas, podemos esperar sentados». Un ejemplo: la ordenanza municipal sobre animales de compañía recoge sanciones de entre 5.000 y 2,5 millones de pesetas (!) en función de la gravedad de la infracción. «No hay mucho más que decir. Están obsoletas. Hay un borrador para las nuevas ordenanzas. Llevan más de un año en ello, pero debe estar guardado en el último cajón» del Ayuntamiento.
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«Es ridículo», insiste Barbero. «La sociedad está más avanzada que las leyes y las ordenanzas, e incluso más que la ley regional. La municipal es inexistente».
La situación respecto a la Diputación es farragosa. «Hay um servicio de recogida de animales, que es el mismo para el Ayuntamiento y la Diputación, pero el proceso burocrático es muy lento, lleva tiempo...». Si un vecino de la provincia descubre a un perro abandonado debe comunicarlo a su Ayuntamiento (sólo perros; los gatos «no están contemplados»). El Consistorio «lo debe comunicar por fax a la Diputación y la Diputación debe comunicarlo al servicio de recogida. «¿Y cuando el perro está herido, qué pasa? ¿Esperamos? Y los Ayuntamiento no siempre están disponibles». En muchos casos «se acaba llamando al Seprona, que llega a donde llega porque tampoco es su competencia».
Según Barbero «si encuentras un animal en Salamanca tienes un problema. Las protectoras no pueden con todo, no tiene ayudas públicas amenos que tengan un contrato de servicio de un Ayuntamiento».
Cambio social
Queda aún mucho trabajo por delante, tanto en las administraciones como en la mentalidad de la ciudadanía. Ésta debe concienciarse de que los animales no son objetos y de que los consejos (como esterilizarlos o identificarlos con un chip) están para ser seguidos. Y aquéllas aún tienen margen legal para proteger a los animales de compañía. Fredes Barbero apunta al reciente cambio jurídico (de hace apenas un año) para dejar de considerar a los animales como cosas y catalogarlos como seres vivos. «Se ha tardado en reconocerlo y estamos lejos de otros países, pero se ha conseguido y esperamos que ellos conlleve cosas en favor de los animales y arrastre a otras leyes. Esperamos que se avance de una vez, aunque sea poco a poco».
El Congreso no había aprobado semejante cambio jurídico si no hubiera una sensibilidad social favorable. El ejemplo más claro lo tenemos en Salamanca. Hace solo un mes se supo que un grupo de adolescentes habían encerrado a un gato de pocos meses con un perro y habían grabado el ataque con sus teléfonos móviles. El gato sobrevivió con una pata rota. La indignación que recorrió la ciudad hubiera sido impensable hace apenas unos años. Algo es algo
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