Negociaciones templan el conflicto de los anestesistas de Salamanca

El conflicto, que ya tuvo sus apuntes a principios de año, ha estallado recientemente con el cambio de dirección médica y los presuntos planes para lograr mejores resultados en las listas de espera –la cirugía siempre pasa por necesidad de anestesistas– con cambios laborales e, incluso, profesionales han desatado una fuerte polémica en el hospital charro.

Para liberar horas de estos especialistas, la Consejería de Sanidad tenía previsto trasladar la sedación a otras especialidades según la prueba en cuestión que la requería. La sedación completa para resonancias magnéticas en pacientes incapaces de permanecer inmóviles o con claustrofobia, para determinadas pruebas cardiológicas, broncoescopias, radioterapia o branquiterapia es una técnica que recae en los anestesistas; pero, ante la carencia de los mismos en Salamanca, las pretensiones –apuntan fuentes asistenciales– eran las de que se encargaran de ellas otros departamentos. Esto se ha frenado y la Junta parece haberlo descartado; pero ya provocó la dimisión del jefe del servicio, Miguel Sánchez, la semana pasada

Menos acuerdo parece haber en los cambios organizativos que implican reducción de las guardias, entre otros laborales.

La CEMS explica que «el sindicato intervino para frenar esta conflictividad y proponer la negociación y no la imposición de cualquier cambio en el servicio. Parece que está en vías de solución», destacan. Asimismo, los profesionales de Anestesia y Reanimación han reclamado el cese del equipo directivo del complejo.

Explican desde el citado sindicato médico que «este es un conflicto que afecta exclusivamente a Salamanca donde las plantillas se han reducido de forma más importante». En el resto de los hospitales los recursos mantienen un mejor equilibrio y reposición.