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Asistentes al taller celebrado en Cepeda con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. MARJÉS
Las mujeres del medio rural analizan las claves para conseguir la igualdad

Las mujeres del medio rural analizan las claves para conseguir la igualdad

Una veintena de personas de 26 a 90 años participan en Cepeda en el taller 'Todos los días son 8 de marzo'

M. JESÚS GUTIÉRREZ / WORD

CEPEDA

Viernes, 8 de marzo 2019, 13:56

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El municipio serrano de Cepeda ha acogido, dentro de las actividades que promueve la Diputación de Salamanca a través de los CEAS con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, un taller que llevaba por título 'Todos los días son 8 de marzo'.

Bajo la organización de los CEAS de Linares de Riofrío y de Tamames, junto a la Asociación Salmantina de Agricultura de Montaña (Asam) como una forma de coordinar recursos económicos y humanos, se celebró dicho taller al que asistieron una veintena de mujeres con edades comprendidas desde los 26 a los 90 años.

El objetivo de este taller era analizar las claves para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres desde un punto de vista laboral, de cuidados, físico... ya que «todavía queda mucho por hacer y por conseguir», manifestaba Josefa Martín, de Asam, quien explicaba que el taller contó con una parte introductoria en la que se habló de por qué se celebra el 8 de marzo, una jornada que debe entenderse como reivindicativa de todo lo que hay que conquistar.

Fue un taller muy participativo, en el que las mujeres aportaron sus propias ideas sobre las cuestiones tratadas y en el que se vieron proyecciones sobre la lucha de las mujeres en el ámbito laboral, social, económico, afectivo... para realizar un análisis posterior de todos ellos.

Sobre los temas tratados destacó el de la violencia de género, en el que se hablaron cuestiones cómo la utilización del cuerpo de la mujer como reclamo publicitario o formas de violencia diferentes a la física como es la de ignorar a las mujeres o hacerlas sentir que son inferiores, algo que se da en el medio rural donde destacan las estructuras patriarcales. De esta forma hubo gente mayor que hablaba sobre la violencia contra las mujeres que ha existido siempre, algo que no se va a permitir en la actualidad, afirmaron.

En este sentido también se habló del ecofeminismo, señalando que las mujeres tienen una mayor relación con la naturaleza, aunque son conscientes que ese vínculo con la naturaleza a través de la crianza, de los aspectos maternales son consecuencia de la cultura y de la forma en la que está estructurada la sociedad con criterios patriarcales que han hecho que a lo largo de los años lleve a esa gran diferenciación de tareas que existe entre los hombres y las mujeres.

La utilización de un lenguaje exclusivo que lleva a la ruptura entre hombre y mujer y la importancia de inculcar a los niños desde pequeños la utilización de un lenguaje inclusivo fue otra de las cuestiones tratadas, como también las diferencias existentes entre las mujeres que viven en el medio urbano y en el medio rural, donde se enfrentan a un mayor número de dificultades. Así se habló del difícil acceso a las nuevas tecnologías, a la información e incluso a la cultura, lo que hace que la evolución entre unas y otras también fuera diferente.

Sobre los cuidados se recordó que las personas son dependientes desde que nacen y cuando son mayores, principalmente, pero también a lo largo de la vida por cuestiones de enfermedad o discapacidad, unos cuidados que siempre han recaído en las mujeres pero que deben repartirse de forma equitativa entre hombres y mujeres para acabar con las actitudes machistas, las cuales han hecho que los hombres también hayan perdido vivencias interesantes como, por ejemplo, la paternidad.

El taller también incluyó el análisis de textos del escritor feminista uruguayo Eduardo Galeano, que describía el machismo como «el miedo que tienen los hombres a que las mujeres no lo tengan». Y se habló de las declaraciones de Yayo Herrero para, a través de otras personas, poner más cuestiones sobre la mesa.

Fue, en definitiva, un taller «muy participativo y en el que las mujeres hablaron mucho con la cabeza y desde el corazón», afirmó Martín.

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