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El marrano de San Antón se acercó a una mujer buscando algo para comer. M. J. GUTIÉRREZ
La lluvia no agua la celebración de la rifa del marrano de San Antón en La Alberca

La lluvia no agua la celebración de la rifa del marrano de San Antón en La Alberca

LA ALBERCA ·

El cerdo recae en la papeleta 674, que había sido comprada por Ana Belén García Azabal, residente en Madrid

MARÍA JESÚS GUTIÉRREZ / WORD

Domingo, 20 de enero 2019, 11:52

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La lluvia no dejaba de caer en la Sierra de Francia, pero esto no fue ningún impedimento para que La Alberca celebrara ayer la festividad de San Sebastián y después la fiesta de la rifa del marrano de San Antón, que consiguió llenar la Plaza; puesto que los soportales estaban abarrotados de gente para no mojarse, que cuando dio comienzo el acto oficial ocuparon el centro del ágora bajo sus paraguas.

Mientras llegaba este momento, los bailes no faltaron gracias a varios tamborileros y las mujeres se afanaban en vender las últimas papeletas para poder participar en la rifa, cuyo dinero se destinaba este año a la Asociación del Lupus de Salamanca.

En torno a la una de la tarde, el alcalde, Miguel Ángel Luengo, ocupaba el balcón acompañado del padrino de la rifa de este año, el naturalista Joaquín Araújo, y de la presidenta de la Asociación del Lupus de Salamanca, Ana Sánchez, que acudió acompañado por un numeroso grupo de miembros de esta agrupación.

El alcalde fue el encargado de dar la bienvenida a todos los asistentes y agradecer la participación del pueblo y de los trabajadores del Ayuntamiento para poder celebrar esta fiesta. A continuación, presentó al padrino de este año, Joaquín Araújo, del que utilizando una semblanza realizada por el propio naturalista describió como «campesino», que significa «amor por la tierra, amor por la naturaleza», que ha recibido muchísimos premios, de los que el alcalde quiso destacar que es el primer español que ha recibido dos veces el Premio Nacional de Medio Ambiente y también el hecho de que ha plantado más de 25.000 árboles, uno por cada día de su vida.

Tras pedir un aplauso para el padrino, le pasó la palabra a Ana Sánchez para que contara la labor que realiza la asociación que preside, Asalu. Sánchez explicó que es una agrupación que ayuda a enfermos y familiares a entender el Lupus y a convivir con él. La asociación ayuda a mejorar la calidad de vida de los afectados y se convierte en un espacio de convivencia. Asalu también trata de visibilizar esta enfermedad para fomentar la investigación. Por ello, quiso dar gracias al pueblo de La Alberca por ayudar a visibilizar esta enfermedad y colaborar económicamente para conseguir productos solares que ayudan a prevenir la enfermedad.

Finalmente, Joaquín Araujo se dirigió a todos los presentes a los que dio las gracias por «dejarme compartir un día como hoy, que no sólo es bueno porque llueve sino también porque estáis ahí manteniendo una tradición». «Soy naturalista como todos sabéis y he dedicado mi vida a intentar que haya más vida pero», añadió, «en este sentido no van muy bien las cosas» y es que «hoy hay la mitad de vida que hace 50 años», sentenció. Cada vez hay menos árboles, animales, indicó, para apostillar que «la vida más domesticada, como este cerdito, es la que más ha perdido. Se ha perdido el 90% de las variedades de cereales, el 95% de las frutas y verduras del mundo también se han perdido, de las razas, de las subespecies. Cada pueblo tenía un tipo de cultivo que era exclusivo, eso es lo que tenemos que intentar que no se siga perdiendo».

Asimismo, Araujo indicó que «todo eso se ha perdido porque a los agricultores y ganaderos se les ha hecho ver que deberían darle la espalda; dar la espalda a su conocimiento, a su sabiduría, a sus tradiciones, a su historia; pasaron de madurar cosechas para todos, a ser ellos mismos cosecha; cosecha del ruido, cosecha de la contaminación, cosecha del desprecio, cosecha del amontonamiento... Y hay que estar orgullosos de estar hoy aquí, de seguir haciendo cosas que permitan, aunque sea débil la llama, continuar con la esencia de la cultura rural».

Tras el discurso llegó el momento de sacar la papeleta ganadora, la 674, que poseía Ana Belén García Azabal, vecina de La Alberca y residente en Madrid. Y se dio paso a las degustaciones, mientras que el marrano hacía su aparición en la Plaza.

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