El homenaje de la facultad de Laura

La escenificación fue ideada por un hombre, Iván, y consistió en que colocadas en un gran círculo, una a una caían al suelo un total de 97 mujeres, vestidas con camisetas ensangrentadas, para recordar la cifra de víctimas de violencia que han perdido la vida en España en 2018.

Y tras un sonoro aplauso y el abrazo conjunto a la amiga de Laura Luelmo, la última en caer al suelo en esta cadena simbólica, otra joven de la Facultad de Bellas Artes comenzó a leer el manifiesto. «Laura ya no está porque alguien decidió cortar su hilo de la vida, antes de tiempo, pero antes que ella han ido otras, y no podemos olvidarnos de ninguna», relataban. Y añadían que cuando hablan de cifras en las noticias, «solo es un número, pero ¿qué sientes cuando ves a estos 97 cuerpos inertes en un mismo espacio? Deja de ser una cifra para ser un auténtica masacre», subrayaron. La autora del texto, amiga de Laura Luelmo, recordaba que alguien había decidido arrebatarle a su amiga, «y es uno de esos números, ¿pero qué puedo hacer para que nadie olvide el nombre de Laura?».

Asimismo, recordaba a la joven zamorana en las aulas de dibujo artístico, «en la cocina de mi casa y ese olor a magdalenas, ese olor a barro del aula de volumen». Y antes de finalizar la lectura del manifiesto, alzaron la voz para decir que ese acto era su símbolo, «el tuyo y el de las 96 mujeres más que por desgracia alguien decidió que su vida, su presencia y su hermosa figura, esculpida del material más delicado que existe, les pertenecía».

Los estudiantes de Bellas Artes quisieron mandar a Laura un saludo, «en este marco que un día fue tu casa», además de recordar que «ojalá cada hombre nos mirase hoy sin pena, simplemente con respeto, un respeto que merecemos por el simple hecho de ser personas, en mayúscula y subrayado».

Una de estas estudiantes fue Marina Lanza, quien confirmaba que la muerte de Laura,«ha sido un golpe para todas». Ella piensa que no son casos aislados, «lo sufrimos todos y todas, no hablamos de género, hablamos de monstruos y ya está, no queremos culpar a nadie porque nadie de los que estamos aquí somos culpables».