El Gobierno abre la puerta para trasladar a Santi Potros a las cárceles del País Vasco

Santiago Arróspide Sarasola celebró el pasado 2 de febrero su 70 cumpleaños durmiendo a la sombra. Siete décadas antes vino a este mundo naciendo en la localidad guipuzcoana de Lasarte y durante sus primeros años de vida nadie pudo augurar u otear que acabaría convirtiéndose en uno de los terroristas más sanguinarios y temibles que protagonizó los episodios más crueles y sádicos que encarnó la criminal banda terrorista ETA.

En mayo de 2016 la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias decidió trasladarlo, para que siguiera cumpliendo su astronómica condena, a la cárcel de Topas. Sin embargo, su futuro parece que no seguirá ligado a la prisión salmantina, dado que Santiago Arróspide Sarasola o, lo que es lo mismo, Santi Potros, cumple a la perfección los requisitos contemplados en el plan de acercamiento de presos etarras a las prisiones del País Vasco, una controvertida y polémica iniciativa que tomó forma el pasado 27 de junio, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desveló estas intenciones, anunciando que la nueva estrategia penitenciaria arrancaría con los acercamientos de los mayores de 70 años que siguen entre rejas y los que están enfermos.

Santi Potros, condenado a más de 2.362 años de cárcel por ser haber ordenado dos de las acciones más brutales y despiadadas de ETA, como fueron la matanza de 12 guardias civiles en el atentado de la plaza de la República Dominicana de Madrid en julio del año 1986 y el atentado en el centro comercial Hipercor en Barcelona en junio de 1987, que se saldó con 21 asesinatos, es uno de los presos de ETA susceptibles de beneficiarse de un hipotético acercamiento a una prisión del País Vasco por el hecho de tener cumplidos, precisamente, los 70 años de edad.

Pero Santi Potros, quien ha llegado a aprovechar su estancia en la cárcel de Topas para contraer matrimonio –se casó en octubre de 2016 en el interior de la prisión con su compañera sentimental María Teresa Yolande– no es el único etarra al que se Instituciones Penitenciarias podría aplicar estas ventajas. En la prisión salmantina cumplen condena otros seis miembros de la banda terrorista y, de ellos, uno también cuenta con serias posibilidades para ampararse bajo esta estrategia, dado que se encuentra enfermo, que es el otro requisito que contempla el Gobierno.

El interno en cuestión es Iñaki Etxeberría Martín, alias 'Mortadelo', que padece una miopía de larga evolución que desembocó en un glaucoma. Nació en Pamplona en 1964 y cumple condena de 30 años de cárcel por el asesinato del hijo de un militar en Madrid en 1992. Su salida de prisión está prevista para 2030. Si Instituciones Penitenciarias emitiera un informe favorable y dada su enfermedad, también sería reubicado.

En cambio, los otros cinco etarras encarcelados en Topas no se ajustan a ninguna de las dos condiciones planteadas por el Gobierno. Son los casos de Juan Manuel Inziarte Gallardo, Gorka Lupiáñez Mintegi, Xavier Ugarte Villar, Gregorio Vicario Setién y Josune Arriaga Martínez.

El historial delictivo de estos etarras no tiene desperdicio. Xabier Ugarte Villar, por ejemplo, formó parte, junto con el difunto etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga, del comando que mantuvo secuestrado en 1996 y 1997 durante 532 días al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Por dicho secuestro, Ugarte Villar fue condenado a 36 años. Por su parte, Gorka Lupiáñez Mintegi fue condenado a 11 años y 11 meses de prisión en el año 2009 por la Audiencia Nacional, por ser un miembro liberado del comando Vizcaya. En 2007 ya había sido detenido en Bilbao y fue juzgado por cometer actos violentos dentro de las filas de la kale borroka.

Juan Manuel Inziarte Gallardo, alias 'Jeremías' (San Sebastián, 1954), ingresó en prisión en agosto de 2009, después de haber sido detenido en el aeropuerto de Barajas tras haber sido expulsado de México. El entonces juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, le acusó del asesinato de tres personas –dos agentes de la Policía Nacional y la esposa de uno de ellos– cuando formaba parte del comando Vizcaya en 1983. Anteriormente, Inciarte Gallardo fue condenado por el asesinato de un guardia civil en Portugalete (Vizcaya) en 1984 y estuvo fugado varios años en Nicaragua y en México.