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Alencart en una calle salmantina, con su 'Gaudeamus'. JOSÉ AMADOR MARTÍN
«Con Gaudeamus devuelvo parte de lo mucho que debo a la Universidad salmantina»

«Con Gaudeamus devuelvo parte de lo mucho que debo a la Universidad salmantina»

Cincuenta poemas en una lograda antología del peruano-salmantino, la cual se presentará en la USAL el Día Mundial de la Poesía

MAURICIO CIFUENTES

SALAMANCA

Lunes, 14 de enero 2019, 18:59

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Hacia finales de septiembre pasado entrevisté al destacado poeta Alfredo Pérez Alencart, traducido y publicado en muchos países y una referencia en Salamanca en cuanto a las relaciones literarias con América Latina y Portugal. Entonces ultimaba los preparativos y publicaciones del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos que estaba dedicado a homenajear a la Universidad de Salamanca por su octavo centenario de fundación. Ahora lo abordo para hablar de su propia obra poética, reflejada en la antología ''Gaudeamus'', hermosa por fuera y por dentro.

-Es notorio su generoso compartir, permitiendo la difusión y promoción de la obra de otros poetas, dejando la suya un tanto aparcada o en un segundo plano. ¿A qué se debe esta actitud?

-Si se refiere a los encuentros que coordino y a las respectivas antologías que se van generando y publicando, siempre he tratado de lograr una comunión entre poetas consagrados y jóvenes autores o no tan reconocidos y que merecen oportunidades. Hemos logrado que Salamanca se haya convertido en una plataforma para la poesía iberoamericana contemporánea, sin alharacas ni centelleos fugaces, y eso que contamos con pocos recursos. La credibilidad viene aparejada con los hechos, más de 220 poetas de ambas orillas de los dos idiomas ibéricos incluidos en la magna antología 'Por ocho centurias', seiscientas páginas celebrando a la Universidad de Salamanca y a su primer retoño americano, la Universidad de San Marcos de Lima. ¿Qué por qué lo hago? Prefiero compartir, y eso viene por mi compromiso cristiano respecto al prójimo poeta. También porque es una forma de devolver las muchas dádivas que recibo de aquende y allende, y no es bueno querer ser el centro de todo. El compartir te hace ser más humilde, menos ególatra, algo mejor persona.

-Háblenos de 'Gaudeamus'. ¿Cuál su intención al reunir estos poemas que, según algunos críticos, ofrecen lo mejor de su poesía?

-Con 'Gaudeamus' devuelvo parte de lo mucho que debo a la Universidad de Salamanca, que es y que será mi casa inexpropiable, como dejo bien claro en el pórtico de la antología. El acopiar estos textos respondió a una necesidad, como debe ser siempre la Poesía, alejada de postureos o escenificaciones para la galería. Necesidad de celebrar a mi Universidad, pero dejando constancia que esta celebración no es solo por una efeméride tan atractiva, sino que es el resultado de ir celebrándola, sintiéndola, entrañándola… desde hace 33 años, que son los que llevo en su seno. Los textos reunidos primero fueron publicados en varios de mis libros, especialmente en La voluntad enhechizada (2001), en antologías y en revistas literarias. Agradezco a los poetas y académicos que consideran esta reunión como un todo homogéneo, bien trabado y de cierta calidad poética.

-No obstante, la primera sección de su antología se titula 'Distinto y junto'.

-Así es. En este apartado acopié poemas de distintas épocas y con variados voltajes y presentaciones, extensos y breves, publicados e inéditos... Es un guiño u homenaje a Fray Luis y a esos versos suyos que dicen: «…Veré distinto y junto,/ lo que es y ha sido…». La segunda parte contiene poemas que están en La voluntad enhechizada, mientras que la tercera sección corresponde a un libro dedicado a Unamuno.

-¿Qué nos puede decir de lo dedicado a Unamuno?

-La tercera parte de la 'Gaudeamus' se titula 'La piedra en la lengua (Unamuniana al alimón) y contiene 38 poemitas que siguen la órbita del haiku oriental, pero más libérrimos y mestizados con nuestra cultura occidental, en cuanto a la forma. En cuando al fondo, son un evidente homenaje al vasco de Salamanca, un poeta y pensador que admiraba desde Lima, durante mi etapa universitaria. Puse 'al alimón' porque, a la par que los escribía, mi amigo-hermano el pintor Miguel Elías, los iba ilustrando. El libro, en ejemplar único, se donó a la Casa-Museo Unamuno el Día Mundial de la Poesía de 2013, en presencia del entonces rector Daniel Hernández Ruipérez. Ahora bien, en la antología también hay otros cuatro poemas dedicados a Unamuno, publicados en otros libros o inéditos hasta la presente edición.

-Es profesor de Derecho del Trabajo... ¿No cree que a muchos les parecerá raro saber de un jurista-poeta?

-Puede parecer algo extraño en estos tiempos, pero hasta no hace muchos lustros habían numerosos abogados y médicos insertos en la literatura, la poesía y las humanidades. Más raro sería saber, por ejemplo, que Ernesto Sábato fue físico nuclear, y ahí nos queda su magna obra narrativa. No tiene importancia que oficies de astronauta o veterinario para ganarte la vida. Precisamente Luis Enrique de la Villa, notable jurista y maestro de laboralistas españoles ha empezado a publicar sus poemas a los ochenta años, y ya van dos títulos los publicados mientras prepara el siguiente.

-En otra oportunidad usted puso el ejemplo de Unamuno…

-Pues claro, pareciera que muy pocos saben que Miguel de Unamuno fue catedrático de Griego en la Usal y que no escribió libro alguno o siquiera un ensayo académico sobre la materia. Claro que buena parte de la cultura y literatura greco-latina bulle en sus escritos, pero los mismos serían desaprobados por cualquier tribunal académico que actualmente lo evaluara en una oposición. Salamanca y su Universidad deben mucho de su prestigio cultural a la irradiación de lo publicado por su rector perpetuo. Aunque abajo de sus talones, también yo quisiera, desde la poesía, aportar al menos un granito de arena más cimentar el alto escalafón cultural de nuestra Salamanca y de mi propia Universidad.

-Volviendo a los textos de su antología, ¿qué otros personajes o temas podemos encontrar?

-Hay poemas en torno la Usal y a sus recintos y personajes que dejaron su poso en mí. Por sus páginas se encuentran, además de Fray Luis y Unamuno, poemas sobre maestros y alumnos, como Nebrija, Vitoria, Torres Villarroel, Salinas, Zacut, Carlos Palomeque, Miguel Elías, Aníbal Núñez, Girolano de Sonmaia, Domínguez Berrueta o Pedro de Osma, entre otros, hasta llegar a Victoria Muñoz, trabajadora de la limpieza en la Facultad de Derecho, ya jubilada; o bien a Teresa de Jesús y a San Juan de la Cruz, doctores por Salamanca y cuyas obras siempre me acompañan.

-Además del contenido comentado, le diré que es hermoso el continente, la calidad de la edición…

-…Gracias. La portada reproduce un fragmento de la pintura 'Lección de Teología', de Martín de Cervera (1614), la misma que ese encuentra en la puerta del depósito de manuscritos de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca. Por otro lado, las ilustraciones interiores, apuntes, dibujos y grabados, son obra del pintor Miguel Elías, también profesor de la Universidad de Salamanca. La antología ha sido bellamente editada bajo el sello de Edifsa, que forma parte de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, a cuyos responsables mucho agradezco.

-Entiendo que habrá una presentación oficial.

-El vicerrector Enrique Cabero, buen amigo desde mi llegada a Salamanca, está viendo de presentarlo en nuestra Universidad el 21 de marzo, Día Mundial de la Poesía. Espero que pueda estar el rector Enrique Rivero, quien me ha manifestado su intención.

-¿Algo que añadir?

- En 'Gaudeamus' quité telarañas y entrañé lo esencial de la Universidad. Es una ofrenda de gratitud, pues mereció la pena hacer la travesía desde el verde amazónico al dorado de la pétrea Salamanca.

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