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Responsables de Cáritas, municipales y alumnos, durante la clausura celebrada ayer. WORD

La formación de Cáritas en Ciudad Rodrigo, un golpe de confianza para los participantes

Ayer se clausuró la última de las acciones en agricultura ecológica en la que se han formado ocho personas desde el mes de julio

redacción / word

Sábado, 19 de diciembre 2020, 17:55

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«Se abren muchos caminos, no es el final de nada». Así animó la directora de Cáritas Ciudad Rodrigo, Mar Manzano, a las ocho personas que ayer terminaron la acción formativa de actividades auxiliares en agricultura ecológica y que se clausuró tras 394 horas de formación.

El inicio del estado de alarma coincidió con el proceso de selección para este curso, que tuvo que ser suspendido. Tras el fin del confinamiento, se adaptó la programación, la modalidad del curso y los espacios a la nueva realidad. Precisamente, en ese sentido se manifestó Belén Martín, uno de los técnicos de Cáritas que desempeñan su actividad en los huertos de Torroba, «el curso no ha sido fácil, por la situación, pero se han cumplido los objetivos».

En este acto de clausura también estuvo presente el concejal delegado de Parques y Jardines, José Manuel Jerez, quien apuntó que «de la tierra se puede vivir porque da de todo». Hace tan solo unos días que el consistorio adjudicó tres nuevos huertos familiares situados en la cañada real lo que hace que ya sean 52 los concedidos a diferentes familias de la localidad y con la particularidad de que cada vez más que en ocio, se convierte en necesidad el cultivo de los mismos.

María Paz Diago, delegada de Cáritas Diocesana, hizo hincapié en el «compromiso» de los participantes y también se recordó como anécdota a lo largo de la clausura cómo en estos meses han tenido que enfrentarse a la climatología que casi provocó que el invernadero saliera volando. Algo que se pudo comprobar en octubre durante un ato con motivo del Tiempo de la Creación.

Entre las participantes de esta acción ha estado Esther Pérez Villa, tal y como recoge la página web de la Diócesis de Ciudad Rodrigo. Esta vecina de Ciudad Rodrigo, de 52 años, destaca que «siempre he sido muy aficionada a la naturaleza, siempre me ha interesado la agricultura en especial».

Entre las tareas que ha desempeñado está la de preparar la tierra o los semilleros y puntualiza que más allá de lo que se ve, «hay mucho trabajo detrás».

Después de dos años de inactividad, este curso ha supuesto también para ella «ese golpe de confianza que necesitaba, me está permitiendo poner en práctica conocimientos que ya tenía, pero sobre todo me permite tocar, ver y aprender».

Fue un familiar el que la informó de la existencia de este tipo de formación y tras un proceso de selección, «me dijeron que sí».

Reconoce que esta actividad ha supuesto para ella «cambios en lo personal, en mi entorno, es el comienzo de otra etapa de mi vida», pero también, «una oportunidad de adquirir nuevos conocimientos que me ayudarán a tener más confianza en mí misma en un futuro».

Valora la relación que se ha generado con el resto de compañeros y los profesionales de Cáritas, «es muy buena».

Entre los objetivos de la acción formativa estaban: adquirir competencias profesionales en el sector de la agricultura, trabajar en hábitos saludables y contribuir al desarrollo sostenible del planeta. También se trabajan aspectos como aumentar la autoestima y motivación de las personas participantes, reducir los riesgos laborales del sector y sensibilizar acerca de la igualdad de género.

La formación se ajusta a los contenidos del certificado del certificado de profesionalidad del sector, trabajando módulos de operaciones auxiliares de preparación del terreno, plantación y siembra de cultivos agrícolas u operaciones auxiliares en los cultivos y de mantenimiento de instalaciones en explotaciones agrícolas.

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