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SALAMANCA
Sábado, 30 de diciembre 2017, 12:14
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Los únicos que no eran de carne y hueso en el Belén viviente de Fevesa eran el Niño Jesús (encarnado por un muñeco) y los diferentes animales, que estaban hechos de cartón. El resto de personajes encarnaban a los Reyes Magos, a San José, a María, a un pescador, al lavandero, y así hasta un largo etcétera cuyo trasfondo era trasladar demandas y reivindicaciones sociales vinculadas a la ciudad.
Desde la defensa de los animales y contra el maltrato de los mismos en la zona del corral, pasando por un mensaje de derecho a la vivienda digna en la posada, a cargo de Stop Desahucios, pasando por una denuncia de la situación de los autónomos en el puesto de las castañas.
Además, en el castillo de Herodes, un mensaje para el Ayuntamiento, a quien critican por tener asociaciones vecinales sin sede o por tener unos presupuestos «poco participativos», al igual que un reglamento de participación ciudadana,«sin participación». Y Melchor, Gaspar y Baltasar no tenían oro, incienso y mirra, sino educación, salud... En otros puestos del Belén estaba el carnicero, el frutero, el carpintero...
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