La Diócesis mirobrigense trabaja con 121 empresas de la zona, 40 del sector constructor

Coincidiendo con el Día de la Iglesia Diocesana que se celebra el próximo domingo, la Diócesis de Ciudad Rodrigo ofreció una rueda de prensa para dar cuenta de todos los números del ejercicio 2019, tanto de los económicos como de los pastorales.

Llamó especialmente la atención, el número de empresas con las que trabaja la entidad, 243, de las que 121 están asentadas en algún municipio de la diócesis y más concretamente, 98 en Ciudad Rodrigo. De este total de empresas de la zona, 40 están relacionadas con el ámbito de la construcción, incluyéndose desde las propias constructoras hasta empresas de carpintería o materiales.

«A pesar de las dificultades intentamos que las familias sigan adelante, las obras no se han parado porque hay muchas personas que dependen de la construcción», valoró el ecónomo, Fernando Sánchez Tendero. Aunque la asignación tributaria para el próximo ejercicio será similar a la actual, aventura un descenso en los ingresos de un 30% debido a la pandemia y al ya conocido cierre de los templos que ha supuesto una reducción de las colectas o donativos.

A pesar de las circunstancias, la diócesis sigue adelante con su Fondo diocesano de solidaridad, «la Iglesia ha dado la cara ante la pandemia, no está callada ni quieta y se ha movilizado». Ese fondo se creó con 75.000 euros aportados por el propio obispado y suma 109.337,87 euros. El desembolso que se ha hecho hasta el momento es de 18.627,07 euros, a través de ayudas gestionadas por Cáritas y las Conferencias de San Vicente de Paúl, pero todos coinciden en que lo peor está por venir.

En total, el ejercicio económico en la diócesis (121 parroquias) dejó ingresos por valor de 3.077.967,05 euros y la misma cifra de gastos. El origen de los ingresos está, principalmente, en la asignación tributaria con un 37% mientras que los gastos de conservación y de funcionamiento (luz, seguros,…) suponen la mayor partida, un 43%.

La directora de Cáritas, Mar Manzano, habló de algunas de las acciones de la Iglesia civitatense y aseguró que con la pandemia «se ha puesto sobre la mesa un problema que ya existía: la soledad y la tristeza sobre todo de las personas mayores que están separados de sus hijos porque viven en otros lugares; esta situación desconocida les viene muy grande».

José Ángel Alvira, tesorero de las Conferencias, habló de los perfiles más habituales que se encuentran en la actualidad, «mujeres de mediana edad y procedentes de empleo precario como puede ser el trabajo en domicilios o la venta ambulante». El 25% de los casos que están llegando son nuevos y otro 40% son personas que han vuelto a solicitar ayuda después de varios años.

El lema elegido este año es 'Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo', y sobre esta cuestión profundizó el obispo, Jesús García Burillo. «Lo importante son las personas, cada uno con su fe y con sus valores, cada cristiano aporta. En la Iglesia se necesita a todos, cada uno con sus cualidades y debilidades, con sus soluciones y problemas».