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El obispo de Salamanca, Carlos López, durante una celebración religiosa.
La Diócesis de Salamanca «ruega e invita» a denunciar los abusos sexuales cometidos por sacerdotes

La Diócesis de Salamanca «ruega e invita» a denunciar los abusos sexuales cometidos por sacerdotes

El Obispado respondió a las acusaciones de varias personas que aseguraban haber sufrido esta situación por parte de un párroco salmantino

Redacción / word

Salamanca

Miércoles, 14 de noviembre 2018, 13:54

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El Obispado de Salamanca salió hoy al paso de las manifestaciones de varias personas durante los últimos días que aseguraban haber sufrido en su adolescencia abusos sexuales por parte de un sacerdote de la Diócesis salmantina e indicó que «invita y ruega» a denunciar este tipo de situaciones. En un comunicado, aseguró que la Iglesia Católica siempre «manifestó tanto en la enseñanza como en sus normas y modos de proceder, la más firme condena de cualquier abuso sexual cometido por sacerdotes contra menores de edad».

Además, la Diócesis añadió que «siempre se asumió el firme propósito de poner en marcha cuantas medidas de carácter educativo, disciplinar, informativo y de colaboración con los tribunales del Estado sean necesarias para que esta gravísima lacra moral desaparezca cuando antes». El comunicado habla de «comportamientos absolutamente reprobables y degradantes, que adquieren la mayor gravedad cuando son realizados por sacerdotes, llamados ser testigos de santidad y agentes de la santificación de los fieles encomendados a su cuidado pastoral».

Además, desde el Obispado apuntaron que la Iglesia tiene el firme propósito de facilitar a las posibles víctimas de abusos «todos los medios procesarles oportunos para hacerles justicia de forma gratuita, lo más rápida posible, y con garantías de respeto de la privacidad e intimidad personal de quienes prefieren que su identidad permanezca oculta».

La Diócesis de Salamanca «asumió estos mismos propósitos» y declaró su «voluntad de que ningún delito de abusos cometido por sus sacerdotes quede oculto», al tiempo que «invita y ruega» a todas las personas que hayan sido víctimas de esos delitos que «confíen en la justicia canónica y hagan llegar su denuncia al tribunal eclesiástico o al propio Obispo».

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