El Diagosto vuelve a llenar la Plaza de tradición, rituales y de público

Parece que los años no pasan por La Alberca y menos por sus fiestas patronales en honor de la Virgen de la Asunción que ayer celebraron uno de los momentos más importantes: el ofertorio a la patrona en el día de su festividad, denominado en el municipio albercano como Diagosto. Un ofertorio que sigue los mismos rituales que hace varios siglos y que los albercanos han sabido mantener generación tras generación. Quizás de un año a otro cambien los protagonistas pero no la esencia de esta celebración, ni tampoco cada uno de los pasos que se llevan a cabo.

Este hecho hizo que tanto el ofertorio como la Loa a la Virgen, que tendrá lugar en la mañana de hoy, contribuyeran a conseguir la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional para estas celebraciones del mes de agosto.

Así, ayer y siguiendo la tradición, los actos daban inicio con la eucaristía a la Virgen, ante un templo lleno de fieles, para continuar con la procesión desde la iglesia hasta la Plaza, precedida por los pendones de las diferentes cofradías, y en la que participaron autoridades, cofrades de la Virgen y danzarines, entre otras muchas personas.

Una vez llegados al ágora e instalada la Virgen presidiendo la Plaza, comenzó el ofertorio en el que los participantes se aproximaban a la talla haciendo las oportunas genuflexiones y siempre de frente a la imagen. Autoridades y cofrades daban paso al ofertorio protagonizado por abad y mayordomos con sus familias, que llegaron al centro de la Plaza desde cada una de las cuatro esquinas de la misma; y que este año fueron Antonio Sánchez Barés, como abad; mientras que ejercieron como mayordomos Zacarías Sanjustiniano Maíllo, Jerónimo Gil Pérez y Adrián Sánchez Rivero.

Abad, mayordomos y familias se presentaron ante la imagen de Nuestra Señora de la Asunción vistiendo los trajes típicos albercanos, entre los que no faltó el famoso traje de vistas, que sale de los baúles y arcones de las casas albercanas en varias fechas muy marcadas en el calendario. Estos trajes, como ocurre cada 15 de agosto, se llevaron una gran parte de las fotografías de los turistas y visitantes que ayer se acercaron a La Alberca para conocer 'in situ' uno de los actos más llamativos de la vida albercana.

Acabada la entrega de ofrendas llegó otro de los momentos importantes del ofertorio, como son las danzas que niños y jóvenes ofrecen a la patrona y en las que cada año participan una veintena de danzarines. Bailes en los que no faltan los tradicionales paleos, el baile del ramo o de la cruz, que arrancaron los aplausos del público asistente y que demostraron que el relevo generacional en cuanto al folclore se refiere está garantizado.

Fue una mañana intensa que dio paso por la tarde al rosario y procesión; y a una muestra de folclore.