El Consistorio de Ciudad Rodrigo compra cuatro pistas de pádel para ampliar las instalaciones

A pesar de la pandemia del coronavirus, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo sigue trabajando al servicio del municipio y ha adquirido, por un precio de 15.000 euros, iva incluido, cuatro pistas de pádel a la empresa que gestionaba estas instalaciones.

«Nos las ofrecieron la semana pasada y ahora las retiraremos para, en algún momento, colocarlas en un espacio municipal», explicó el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias, que valoró la adquisición como «interesante».

Según manifestó el primer edil, «lo que hemos querido es que el servicio y el deporte del pádel se pueda seguir disfrutando en la ciudad y se ofertará como un servicio municipal más».

Las pistas se encuentran «en muy buenas condiciones» y una vez retiradas, el siguiente paso será valorar los sitios disponibles y el aspecto económico para de este modo crear una nueva instalación deportiva.

«Ésta siempre ha sido la intención del equipo de Gobierno, la ampliación de las instalaciones municipales y dar cobertura a todos los deportes, en este caso el pádel, que lo realiza mucha gente en nuestra ciudad».

Éste no fue el único asunto que se trató en la Comisión de Obras celebrada durante la jornada de ayer, en la que además se abordó la recuperación de los restos del palacio de Amayuelas.

Hay que recordar que los restos de ese edificio salieron a la luz con la obra del adarve, en concreto, una curiosa escalera de piedra de forma circular.

«Tuvo que ser un palacio importante y nuestra intención es ponerlo en valor pero el montante inicial previsto es inasumible para el Ayuntamiento en el sentido de cómo estaba prevista la actuación», aclaró Iglesias.

La intención era que se pudiera acceder a esos restos a través de la oficina de Amayuelas, donde se ubica la oficina de turismo, pero el coste del proyecto supera los 161.000 euros.

«Hasta que no se obtenga financiación por otra vía vamos a presentar un proyectito y a ver qué opinión nos da Patrimonio».

Ese proyecto, menos ambicioso, plantea dejar visible la escalera mediante una especie de tejado con cristales «para facilitar que la ciudadanía lo pueda ver y conservando los restos».

Si Patrimonio no lo viera adecuado «se soterraría de nuevo» pero esa es la opción que menos le apetece ejecutar al Consistorio. «Ese techado se haría adaptado al entorno patrimonial, de cristal preferentemente», remarcó el alcalde, «para que no entre agua ni haya condensación de la estructura».

Iglesias alabó el componente didáctico de esta estructura «que da una idea de la evolución de la muralla».