La Cofradía del Santísimo Cristo del Sudor cumple con su ascentral tradición en La Alberca
LA ALBERCA ·
Un año más, los cofrades fueron buscar al abad a su casa para llevarlo hasta la iglesia donde se celebró la misa en honor al CristoREDACCIÓN / WORD
LA ALBERCA
Lunes, 3 de junio 2019, 11:23
Es una tradición litúrgica impregnada de una impresionante estética, que hunde sus raíces históricas a finales del siglo XV y que ayer volvió a escenificarse por las calles del municipio. Ataviados con sus inconfundibles capas charras de color negro y con sombreros de ala ancha, los cofrades del Santísimo Cristo del Sudor volvieron a cumplir con la tradición, con su ancestral recorrido dominical por La Alberca y con el clásico convite específico de esta celebración.
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Antes de oficiarse la misa, los cofrades se dirigen junto con los mayordomos hasta la casa del abad para recogerlo. Después del oficio religioso, toda la cofradía, acompañada en todo momento por el constante sonido del inconfundible tamboril salmantino, volvieron a arropar al abad en el retorno a su casa. Son agasajados con tres vasos de vino y bizcochos grandes, llamados suelas, ya que tienen el tamaño del pie del abad.
En realidad, la cofradía fue fundada, nada más y nada menos, que en el siglo XVII. La tradición atestigua que el Santísimo Cristo del Sudor llegó a sudar sangre en septiembre de 1665, según el testimonio que testificó una peregrina que iba camino de la Peña de Francia. Se trata de una talla de gran belleza, cuya autoría se atribuye a Juan de Juni, gran maestro de la imaginería castellana.
Fue a partir de la devoción a esta imagen cuando se fundó la cofradía, que sobresale por un rasgo numérico especialmente curioso, dado que los cofrades que la integran ascienden exactamente a 33, es decir, la edad con la que Jesucristo fue crucificado en la Cruz. Además, hay un nutrido elenco de aspirantes y los cofrades llegan a votar utilizando garbanzos.
También volvió a venerarse ayer la reliquia de la Santa Espina que, según cuenta la tradición, fue donada por unos cruzados y que es la reliquia cristológica documentada más antigua de la provincia salmantina y de toda Castilla y León.
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Esta reliquia, enviada con un grupo de dominicos salmantinos por la Santa Sede tras el milagro, es una espina de la corona de Cristo ya documentada en el siglo XIII y que se sabe que, en dicho siglo, formó parte de la vestimenta sagrada del papa Benedicto XI.
Un libro de José Luis Puerto sobre la historia de la cofradía, aporta numerosa documentación al respecto y, por ejemplo, sitúa a la espina como la reliquia cristológica documentada más antigua de la provincia y una de las más antiguas de todo el país. La investigación de Puerto coloca, además, el origen de la cofradía aún antes de lo que se pensaba, señalando que podría descender de la antigua cofradía de la Vera Cruz de La Alberca del siglo XV.
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