El Centro de Día de Drogodependencias de Cáritas renueva su certificado de calidad

Tal y como han apuntado los responsables del Centro, la atención en sus instalaciones pasa por «tres claves», que se centran en la persona, para «abrir las posibilidades de ser desde cada historia personal»; el tiempo, que es «el que cada persona necesite»; y el encuentro, en el que el usuario ha de estar acompañado, pero no como «simple compañía», sino como «compañía sincronizada que apuesta por el otro».

La organización de ayuda ha abogado por «hacer una reflexión» sobre los distintos perfiles de personas con las que trabaja el centro, «especialmente con los denominados 'crónicos', la expresión más grave y dramática de los fenómenos de exclusión social porque se constata el aumento de la cronicidad de personas mayores y adiciones».

«Son sus peculiaridades personales, en la mayoría de los casos asociadas a la enfermedad mental y adiciones, las que los hace más vulnerables, y esto les lleva a iniciar y repetir procesos una y otra vez (muchas veces animados por los propios agentes), procesos que en la mayoría de los casos no concluyen de manera satisfactoria para la persona», apuntan.

«En el trasfondo de esta reflexión debe ir implícito un cambio de mirada a la hora de intervenir con estas personas que denominamos crónicos, porque son una parte de los excluidos con un gran potencial al creer en el vínculo y relación con los recursos, y por eso vuelven una y otra vez», terminan.