Borrar
Más de un centenar de personas, detrás de una gran pancarta y junto al Ayuntamiento de Retortillo, manifestaron ayer su apoyo a la mina de uranio que Berkeley pretende poner en marcha. M.J. GUTIÉRREZ
Más de un centenar de personas se concentra a favor de la mina de uranio

Más de un centenar de personas se concentra a favor de la mina de uranio

Los trabajadores de Berkeley se unen a los vecinos y a habitantes de Villavieja de Yeltes para defender sus puestos de trabajo

M. JESÚS GUTIÉRREZ / WORD

RETORTILLO

Jueves, 4 de octubre 2018, 13:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Mina sí, mina no, son muchas las voces a favor o en contra de la futura mina de uranio que Berkeley quiere poner en funcionamiento en la localidad de Retortillo, pero qué mejor que dar voz que a los verdaderos protagonistas, a los habitantes de este municipio y del entorno que ayer se concentraron a las puertas del Ayuntamiento de Retortillo para dar a conocer su opinión en un tema que les afecta directamente.

Vistiendo camisetas de color naranja en las que se podía leer por delante un rotundo 'Sí a la mina' y por detrás 'Sí a la mina, sí al trabajo, sí al futuro' fueron llegando de forma pacífica hasta las puertas del Ayuntamiento, algunos de ellos portando carteles muy significativos con diferentes leyendas como 'Sí a la mina, no a la escasa natalidad' o 'Sí a la mina, no más colegios cerrados' o simplemente 'Sí a la mina, 100% compatible con el medio ambiente'.

Junto a los carteles desplegaron una gran pancarta con el lema de la concentración, que era el mismo que se podía leer en las camisetas 'Si a la mina, sí al trabajo, sí al futuro'. Y es que los asistentes a la concentración de ayer -vecinos de los municipios de Retortillo y Villavieja de Yeltes, y trabajadores de la propia mina- lo tenían muy claro.

Francisco González Peña, quien fuera alcalde de Retortillo desde el año 1992 hasta 2012 (20 años), declaraba que «para que el pueblo suba hay que trabajar aquí. Sí hay trabajo vendrá gente a trabajar, vendrán niños, que hacen mucha falta para el pueblo, porque ahora sólo hay tres. Habrá trabajo para todos»; a la vez que recordaba que «yo me críe en un finca y después estuve 30 años en Madrid trabajando y cuando me jubilé me vine al pueblo y me presenté de alcalde porque estaba el pueblo muy mal y entre todos lo hemos puesto mejor, porque todo el pueblo trabajaba. Y eso para mi es lo más grande».

En un pueblo que cuenta con 105 personas en los meses de invierno, los vecinos opinan que con la mina «vendría mucha más gente» y el sentimiento generalizado es a favor de este proyecto porque «hay 20 familias que ahora trabajan en la mina; si no existiera ya se hubiesen marchado, porque la mina les permite llevar un sueldo a casa», explican, a la vez que añaden que esto también permite que haya algún niño en el pueblo y si vienen más, la escuela se podría abrir.

Por ello, Francisco González pide a aquellos que están en contra que «se estén calladitos y que dejen a la gente en paz, para que puedan hacer lo que piensan; es una pena que los vecinos se tengan que ir del pueblo porque no haya trabajo y tengamos sólo tres niños en el pueblo». Porque, como recalca, el 90 por ciento de la población de Retortillo está a favor de la mina.

El director financiero de la mina, Ignacio Santamartina, cuenta como son entre 60-70 personas las que ya están trabajando en el proyecto de Berkeley en Retortillo y «evidentemente casi no hemos empezado los trabajos y nos espera un futuro muy esperanzador en una zona desfavorecida». «Creemos -añade- que es la línea a seguir para crear más industria, para que haya más población y que los pueblos de alrededor, no sólo Retortillo, tengan un modo de vida digno para todos».

Santamartina recordaba que el compromiso de Berkeley es contratar al mayor número de personas de los pueblos de la zona y un número bastante alto «un 60-70 por ciento son personas de las poblaciones circundantes, pero puntualmente hay puestos de trabajo que no se cubren, que son muy específicos y que necesitan gente de fuera», como es su caso, que es de Salamanca, donde reside. «Nuestra intención es que trabaje la gente de la zona», recalca, a la vez que recuerda que el mayor volumen de puestos de trabajo llegará con la construcción de la mina, creándose 450 puestos de trabajo directos y 2.500 indirectos, una vez que se obtenga la licencia, pero si ésta no llega, ocurriría el efecto contrario y es que se despediría a los que ahora están trabajando.

Ángela Hernández Pacheco, por su parte, recordaba ayer una frase que había oído el día antes «quien tiene una mina tiene un tesoro» y, a su parecer, «la mina es una oportunidad de oro para esta comarca que está muy deteriorada en cuanto a trabajo y a población. Habrá que buscar la manera de no crear inconvenientes a otros sectores como el balneario, pero siempre habrá manera de solucionarlo, tratándolo y negociándolo; pero, desde luego, estoy a favor de la mina». Nacida en Retortillo, Ángela Hernández se tuvo que ir a Eibar a trabajar, «por eso sé lo que es salir fuera y si te puedes quedar en tu tierra en buenas condiciones, no hay nada mejor que eso».

En el mismo sentido se manifestaba Joaquín Santos Hernández, nacido en Retortillo y que con 18 años tuvo que «buscar un sitio donde se viviera mejor», tuvo que emigrar, «pero sigue siendo mi pueblo y ahora que estoy jubilado paso aquí tres meses». Este hombre, como él mismo reconoce, no tiene nada que ganar con la mina pero «yo me tuve que marchar porque no había trabajo y no quiero que los que están aquí tengan que pasar por lo que pasé yo, por algo tan duro; y menos si hay posibilidad de que se genere trabajo con la mina». Por ello cree «que la mina es el progreso y el futuro».

Por último, María Dolores Herrero Molinero, residente en Villavieja de Yeltes, mostraba su apoyo a un proyecto al que el alcalde de su pueblo está en contra «y usa el Ayuntamiento para su beneficio personal», denunciaba, pues debería «ser imparcial, porque hay muchos vecinos que están en contra de la mina y muchos a favor», en un porcentaje que ella calificaba del «50% a favor y 50% en contra». Los motivos que llevan a esta mujer a defender la mina son «que necesitamos muchos puestos de trabajo. Por ejemplo, en mi familia, mi marido está cobrando una ayuda, yo no puedo trabajar por enfermedad, mi hijo está trabajando aquí en la mina pero otro está trabajando en Guijuelo y está deseando venir aquí, por estar en el pueblo. Necesitamos puestos de trabajo porque los pueblos están muertos».

Para Loles, como la conocen todos, «la mina es una solución de futuro, porque va a crear puestos de trabajo y permitirá que la juventud pueda quedarse y no se tenga que marchar fuera para poder vivir». Por eso, «hay que defender la mina a capa y espada», pero «hay mucha gente que tiene miedo a dar la cara aunque esté a favor», añadía. «Necesitamos información, para que la gente pueda opinar. La mina tiene mucho futuro para la zona, pero tiene que arrancar», concluía.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios