Carmen Álvarez: «Jugar en el Atlético femenino es un sueño que tenía desde pequeña»

–Que un club tan grande como el Atlético femenino se fije en Carmen Álvarez debe ser un sueño hecho realidad.

–Estoy muy ilusionada de haber firmado por el Atlético, un sueño que tenía desde pequeña, jugar allí y vestir su camiseta. Estoy viviendo en un sueño ahora mismo.

–¿Entonces coincide además que era desde pequeña de este equipo?

–Sí, sí siempre he sido del Atlético femenino y siempre quise jugar allí.

–¿Cómo se ha ido enterando del interés del Atlético?

–Hablaron con mi padre y el presidente del Salamanca UDS Femenino. Le dijeron que se habían interesado por mí pero me lesioné precisamente contra el Atlético B. Me quedé aquí para recuperarme bien y este año nos volvieron a llamar. Hablando con mi padre de cómo llevarlo todo, pues al final decidimos que me voy a Madrid.

–¿Le costó mucho tomar la decisión?

–Convencerme no, pero sí que me costó bastante tomar la decisión porque aquí me han tratado muy bien y tengo muchas amigas. Creo que es la mejor decisión.

–¿Cuál es su reto allí?

–Sé que tengo ir paso a paso porque soy muy joven pero mi sueño es jugar en el Atlético en Primera División y conseguir muchas cosas.

–Carmen es de Ciudad Rodrigo, así que el coche tiene que haber sido casi su segunda casa estos años.

–Sí, vivo en Ciudad Rodrigo y me desplazaba tres o cuatro días a la semana a Salamanca para entrenar y jugar.

–Se va por tanto a vivir y estudiar a Madrid.

–Sí, voy a acabar bachillerato allí y viviré cerca del instituto y de las instalaciones deportivas. Viviré en una residencia cercana de estudiantes.

–Entonces es la primera vez que se separa de la familia.

–Sí, la primera vez y tengo un poco de nervios por ello, y eso de vivir sola pero creo que todo irá bien.

–¿Sabe ya si va para el primer equipo para el segundo?

–Voy al B, el que juega en Reto Iberdrola (segunda categoría nacional, una por encima que el Salamanca UDS Femenino) y allí me formarán para ir subiendo de categoría y llegar a la elite si es posible.

–Estará por tanto muy agradecida al Salamanca UDS Femenino y su entrenador.

–Claro, siempre les estaré agradecida, me trajeron al primer equipo con solo 13 años desde Ciudad Rodrigo y me pusieron casi todos los partidos.

–Además tuvo que lidiar pronto con una grave lesión de rodilla.

–El primer año lo jugué entero pero el segundo apenas cuatro partidos. En el cuarto me lesioné del ligamento cruzado y ya estuve toda la temporada sin jugar hasta la pretemporada de este año.

–¿En algún momento llegó a pensar que el fútbol se podía acabar?

–Sí que pensaba que quizá no volvería al mismo nivel o si me volví a lesionar... pero a raíz de ir a rehabilitación, de correr y tocar balón, cada vez me sentía mejor y vi que podía volver al mismo nivel o mejor. Con ayuda de mis compañeras, que iba a verlas a todos los partidos, conseguí volver bien.

–¿Dónde le gusta jugar más, de '10, de '9', en la banda?

–Me gusta más de punta, jugar de espaldas, correr al espacio, pero Sergio (Mata) me pone muchas veces también de extremo izquierda a pierna cambiada. También me gusta porque puedo ir al espacio también.

–Este año cuando iba a disputar su primer amistoso oficial con la selección nacional sub-17 el deporte en España tuvo que parar por la pandemia.

–Sí, fue justo ahí. Nos convocaron y el día antes de jugar el partido nos dijeron que se suspendía por el coronavirus. Jugamos un partido entre nosotras.

–¿A quién le gustaría parecerse?

– Las dos que más me gustan son Ludmila da Silva, delantera del Atlético, y Jennifer Hermoso también me gusta mucho.

–¿Qué le parece el crecimiento que está teniendo el fútbol femenino en los últimos años?

–Muy bien, es bueno para nosotras que se vea en televisión, que las chicas puedan ver a sus ídolos jugando al fútbol.

–Por último, sabe que va a ser el espejo en el que se miren muchas niñas salmantinas.

–Siempre las niñas más pequeñas del club me han apoyado mucho y para mí es un orgullo que se fijen en mí. En Salamanca hay mucho talento, que la gente vaya a verlas. Y a las pequeñas les digo que sueñen, que se puede hacer realidad.