La enfermedad silenciosa
La hipertensión arterial no duele y más de la mitad de afectados no sabe que la tiene
EVA CAÑAS / WORD
Miércoles, 17 de mayo 2017, 11:44
Más de un tercio de los adultos son hipertensos, y cerca de la mitad no saben que lo son. Las cifras en Salamanca son aún mayores ya que a partir de los 60 años, la incidencia aumenta a la mitad de la población. En el Día Internacional de la Hipertensión Arterial, que se conmemora hoy, el coordinador de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca y Prevención Secundaria del Complejo Asistencial de Salamanca, Fernando del Campo, recuerda que esta enfermedad crónica no presenta síntomas previos, «no duele», y es uno de los factores de riesgo para sufrir problemas cardiacos, como una angina de pecho o un infarto, «o enfermedades vasculares como el ictus, además de patologías renales». Al respecto, este especialista señala que un alto porcentaje de pacientes que acaban en diálisis por un fallo renal tienen hipertensión.
Entre las medidas que hay que tomar, según este cardiólogo, es tomarse la tensión ocasionalmente a partir de los 40 o 50 años, «para saber si son realmente hipertensos». Del Campo precisa que esta enfermedad es crónica y no porque un día tengas la tensión alta (por encima de 140/90), no significa que una persona sea hipertensa. Los valores habituales son de 120/80: «Antes de iniciar un tratamiento hay que medir la tensión en diferentes momentos, como en reposo, e incluso, hacer mediciones en casa a través de un dispositivo denominado MAPA», advierte. Y una vez diagnosticado tiene que seguir una serie de cuidados además del tratamiento farmacológico: «Tener un peso adecuado, hacer ejercicio y comer con poca sal», enumera.
En este sentido, recomienda que este modo de vida saludable se siga desde la infancia. «Hay que cuidarse a lo largo de toda la vida porque con los años, las arterias se llegan a endurecer y no es reversible el proceso», matiza Del Campo. Dentro de los casos de hipertensión hay un porcentaje que tiene predisposición hereditaria, pero la mayor parte de las veces no es una herencia directa, sino lo que llaman poligénica, «en la cual intervienen factores hereditarios y la interacción con el medio ambiente, es decir, podemos evitar llegar a ser hipertensos si nos cuidamos».
Valoración de los daños
Cuando una persona hipertensa recibe el diagnóstico se realiza una valoración de cómo está ya su riesgo vascular, «y cómo está influyendo en su salud, y sobre las paredes del corazón, si están gruesas, o sobre la función renal y las arterias, que se ve a través de la retina», enumera este cardiólogo.
En cuanto a los tratamientos, los pacientes disponen de un grupo de fármacos variados, «que permiten controlar bien la tensión», pero como apunta Del Campo, lo primero y principal es saber que cambiando el estilo de vida, sobre todo precozmente, de niños, como aprender a comer bien y hacer ejercicio, «podemos impedir la hipertensión». El coordinador de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca añade que sería conveniente bajar las cifras actuales de personas afectadas por esta enfermedad crónica, y detectar de forma precoz aquellos que lo tienen y lo desconocen.