El sabor más delicioso de los conventos se ofrece a los visitantes en Morille

Mantecados, mazapanes, nevaditos, cocadas, amarguillos, panellets, turrones, rosquillas, hojaldres, pastas de té, bombones, obleas, bollos, barquillos, roscos de vino, yemas... éstas son solo algunas de las muchas delicias que se pueden encontrar en esta nueva edición de la Feria de los Dulces de las Monjas de Morille que cumple seis años persiguiendo un doble objetivo: por una parte, mostrar los secretos de la repostería conventual, tan apreciada desde tiempos inmemoriales, y acercarlos al público general; a la vez que, por otra parte, se ayuda a la difícil economía de los conventos de clausura en los que una parte de su sustento proviene, precisamente, de estos pequeños bocados dulces que se pueden encontrar estos días en la localidad de Morille.

Concretamente, este año se pueden adquirir los productos elaborados por las Madres Dominicas del convento de las Dueñas de Salamanca, por las Clarisas de Cantalapiedra, por las Carmelitas Descalzas de Peñaranda de Bracamonte, por las Madres Benedictinas de Alba de Tormes, por las Madres Franciscanas del convento del Zarzoso y por las Madres Agustinas del convento de la Pasión de San Felices de los Gallegos. A estas monjas de clausura de conventos salmantinos se les han unido este año las Madres Jerónimas del monasterio de Nuestra Señora de la Luz, en Garrovillas, Cáceres (que ya son habituales a esta cita) y las Madres Dominicas Dueñas del convento de Santa María La Real, de Zamora, que se estrenan por primera vez en esta feria de Morille.

Sin embargo, y para no faltar a sus votos de clausura, las monjas venden sus productos gracias a la intermediación de un buen número de vecinas de la localidad que colaboran desinteresadamente para vender durante los dos días que dura esta feria todos los productos que les llegan desde los conventos, a donde devolverán los beneficios de las ventas que van apuntando cuidadosamente en un listado. Llama la atención del visitante el modo de pago de estos dulces:unos tíquets que se compran en el mismo lugar donde están colocadas las mesas con los productos y que tienen el mismo valor que el importe que se ha pagado. Así, las voluntarias no tienen que manejar dinero real aunque sí apuntan cada venta con su precio para controlar lo ganado y no hay riesgo de pérdida. A su vez, si los visitantes no gastan lo cambiado, pueden volver a pedir el importe restante antes de marcharse de la feria.

Hoy la feria volverá a abrir sus puertas a vecinos y visitantes a partir de las 11:00 horas y hasta las 19:00, contando con un buen número de actividades paralelas como exposiciones, música o visitas al pueblo, además de la inauguración de las esculturas Neoverracos que se quedarán en Morille. Cabe recordar que estas esculturas, junto a otras, se crearon en el PAN 2015 y que se han ido instalando en varios pueblos, tanto de España como de Portugal.