Ángel García Hernández en el campo de refugiados de Skaramagas.

Cruz Roja reconoce que los refugiados sufren por culpa de la incertidumbre

Durante dos meses, Ángel García trabajó en el campo griego de Skaramagas en labores de saneamiento e higiene

Jorge Holguera Illera

Viernes, 5 de agosto 2016, 12:09

La incertidumbre es una de las mayores problemáticas que en estos momentos sufren los refugiados que «no saben dónde van a ir, ni que va a pasar con ellos», lamenta Ángel García Hernández, responsable de Salud y Socorros de Cruz Roja en Salamanca, que hace unos días que regresó del campo de refugiados griego de Skaramangas.

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En esta área improvisada para acoger a estas personas que huyen de la guerra, residen 3.000 almas, «principalmente sirios, iraquíes y afganos», explica García. Se trata de personas que dejaron sus países porque si quedaban allí no tenían más remedio que matar para defenderse. Ángel García explica que la tarea de Cruz Roja Española, con presencia en los campos de refugiados griegos de Skaramagas y de Ritsona es el saneamiento y la higiene. En dichos territorios desde la entidad española trabajan para facilitar estos aspectos y que quienes residen allí, en principio de forma temporal, estén sanos. Para ello, Cruz Roja cuenta con una clínica con médicos, enfermeras, pediatras.

Cruz Roja en Salamanca ha estado en el campo de refugiados a través de Ángel García. La Cruz Roja Helénica, es decir, la griega, está presente en 13 campos de refugiados y cuenta con el apoyo de la española en los dos antes mencionados.

La incertidumbre es un problema que sufren los alrededor de 50.000 refugiados que de momento viven en Grecia. Ángel García se pone en la piel de estas personas, que quieren dar continuidad a su vida, quieren ir a un país en el que puedan comenzar a establecer su vida. En palabras de este profesional de Cruz Roja, estas personas «han salido, no porque hayan querido sino que huyen de una violencia y guerra extrema en sus países de origen».

Una de las cuestiones que más llama la atención de este responsable de la entidad en Salamanca es el número de niños, unos 1.100, lo que quiere decir que las familias principalmente «huyen de una situación de guerra en busca de un futuro mejor para sus hijos». Continuando con este dibujo de la situación, poniéndose en el lugar de estas gentes, García imagina que «han tenido que dejar su trabajo, sus estudios, su vida, para salir del conflicto armado». Ahora su principal misión es «restablecer su vida».

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La tarea de las organizaciones humanitarias goza de buena coordinación según este responsable, que ya ha estado en otras ocasiones en campos de refugiados, pero que en ningún caso había estado en uno tan cerca de casa, «a tan solo tres horas de vuelo desde Madrid» según explica. A Ángel García le parece verdaderamente impactante el escenario del drama en el que se ha visto implicado como una de las personas que están ayudando. Recuerda que estos campos de refugiados están en Europa y que Grecia es un país muy similar a España.

Se trata de un drama que sigue latente y que aún así «ha pasado a segunda planta en el panorama informativo según este responsable.

Preguntado por si verdaderamente somos conscientes de esta realidad, responde que «para nada», en su opinión, «el tema de refugiados y de la guerra en Siria informativamente tienen muy poco recorrido». En su opinión, «la rapidez con la que se mueven las noticias», no se corresponde con la gravedad real de la situación. Recuerda que «todos los días cruzan personas en bote y siguen muriendo». Además también estima muy grave el hecho de que tantas personas estén desplazadas de su hogares, pese a que en los campos de refugiados se hace todo lo posible porque las condiciones de vida sean óptimas.

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Otros movimientos

Por otro lado, el drama de los refugiados ha hecho movilizarse a población sensible, sirva de ejemplo las personas que apoyan y forman parte de la Asamblea de apoyo a personas migrante Salamanca. Una de sus últimas hazañas fue sumarse a la Caravana a Grecia, en la que conocieron este drama en primera persona.

La inacción de algunos responsables políticos también se traduce en miedos en cuanto a que a los que participaron en este viaje que tenía carácter de altavoz, simplemente para dar a conocer la situación en aquellos territorios europeos. Según manifestaron a la prensa en una rueda de prensa convocada al llegar, una de las quejas que trajeron es que les evitaron llegar a ciertos puntos donde, siendo ciudadanos europeos, no deberían de verse privados de circular en territorio de la Unión Europea. Esto en atención a las trabas y fronteras existentes, cuando lo deseable sería que nadie se viera privado de circular libremente por el mundo. Además desde la Asamblea de apoyo a personas migrantes reclaman en relación a la Caravana a Grecia que en el recorrido de más de 2.600 kilómetros en bus también percibieron lo que tachan de «un auténtico desprecio» por parte de la embajada española en Atenas, por «la negativa del cónsul de España, Juan Sáenz de Heredia, a recibirles dentro de la Embajada, manteniendo solo una breve reunión de diez minutos a pie de calle, pese a la cita previamente acordada».

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