Los vecinos pudieron disfrutar de la degustación de las chichas, acompañadas de un buen vino y de la música del tamboril de Miguel Ángel Ramos.

400 raciones de chichas para disfrutar de La Candelaria en la villa corita

Los vecinos del municipio y algunos visitantes disfrutaron de esta degustación y de otros productos típicos de la fiesta de la matanza

ELENA GÓMEZ / WORD

Lunes, 1 de febrero 2016, 12:36

Alrededor de 400 fueron las raciones de chichas que se repartieron al mediodía de ayer en el pabellón municipal de deportes de Candelario con motivo de la celebración de las fiestas de La Candelaria en las que está inmersa la villa durante estos días.

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De ese modo, los vecinos de Candelario y algunos visitantes, disfrutaron de este tradicional acto en el que se degustan éste y otros productos típicos de la matanza, tan presente en estos días y que tanto significa para la historia de esta villa, que en su momento llegó a tener un centenar de pequeñas empresas familiares dedicadas a la chacinería, cuyos productos alcanzaron fama a nivel nacional, llegando incluso a la mesa del rey Alfonso XII.

Una fiesta en la que el sabor y la historia se mezclaron con el buen ambiente y la alegría de los vecinos, que pudieron brindar con un buen vaso de sangría por compartir estos días tan especiales para la villa, cuya celebración continuó por la tarde con la representación de El feliz descanso, una obra escrita y dirigida por Isabel H. Polo que fue representada en el salón de plenos del Ayuntamiento por el grupo Tartana, del Hogar de Mayores de Béjar.

Los actos en honor a la Virgen de las Candelas o La Candelaria, tal y como se conoce entre los coritos, seguirá hoy con la proyección de un audiovisual, elaborado por la Asociación Cuesta de la Romana, sobre las fiestas tradicionales de la villa que tendrá lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento a las 19:00 horas.

Mañana, se vivirá el día principal de esta fiesta, con la procesión y posterior misa, a partir de las 12:00 horas, en la que todos estarán pendientes de la vela que porta la imagen y de los buenos o malos augurios que ésta traiga en función de que se mantenga o no encendida durante todo el recorrido y su entrada a la iglesia.

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