«La Feria de los Dulces de las Monjas tiene ante todo un carácter solidario»
En ella se une el disfrute de los dulces con la colaboración y las defensa de los productos que se elaboran en los conventos de la provincia
M. JESÚS GUTIÉRREZ / WORD
Viernes, 4 de diciembre 2015, 13:34
La Feria de los Dulces de los Monjes de Morille se ha convertido ya en una seña de identidad de este municipio, que con la llegada del mes de diciembre invita a saborear los productos de los conventos de la provincia. Una feria de la que habla el alcalde, Manuel Ambrosio Sánchez.
- Este fin de semana llega la V Feria de los Dulces de las Monjas, ¿cuando hace unos años crearon este certamen, pensaron que iba a tener tan buena acogida, sobre todo por los propios vecinos del pueblo?
-En general, desde el Ayuntamiento intentamos siempre que todas las iniciativas (ferias, festivales, las propias fiestas) tengan el respaldo de los vecinos; que el pueblo se sienta implicado y partícipe de ellas. Si conseguimos esto, que entiendo que es un requisito imprescindible, la mitad del camino para el éxito de cualquier proyecto colectivo está andado.
- Año tras año han dicho en la inauguración y en la presentación de esta feria, que si se realiza es gracias a la colaboración del pueblo, ¿cómo han conseguido que esa participación sea constante y permanezca en el tiempo?
-Porque es absolutamente cierto: la feria y otras iniciativas de Morille sólo se pueden realizar con la colaboración popular. Nuestro pueblo es muy pequeño (apenas 260 vecinos), con modestos recursos económicos y desplegamos una actividad frenética a lo largo de todo el año. En la Feria de los Dulces una treintena de mujeres, bajo la guía de María José Gil, trabajan dos días seguidos de una manera totalmente altruista. Ellas hacen posible el éxito de una feria que tiene, ante todo, un carácter solidario.
- Junto a los expositores de los dulces de las monjas, todos los años organizan un completo programa de actividades, ¿hay alguna novedad este año respecto a otras ediciones?
-Sí, además del Ciclo de Música, con cuatro conciertos, tenemos una magnífica exposición, cedida por Rosa Lorenzo, de utensilios de hojalata. También otra de fotografía antigua. Y realizaremos un sincero homenaje a los donantes de la Biblioteca del Centro de Estudios del Viaje de Morille, que reúne unos 7.000 volúmenes...
- ¿Qué actos destacaría?
- Desde luego, el propio ambiente de la Feria de los Dulces de las Monjas, esto es lo principal: adquirir los dulces es contribuir al mantenimiento de un tejido productivo muy frágil; disfrutar de los conciertos, visitar las exposiciones. Y luego, visto el pronóstico del tiempo, valdrá la pena visitar Morille y sus recursos: el Museo del Comercio y de la Industria, el Museo de la Imprenta de Ángel de la Torre, las esculturas de Ángel Mateos, el Cementerio de Arte, la Parada de Florencio Maíllo... Durante todo el fin de semana se realizarán visitas guiadas y gratuitas por estos lugares.
- El año pasado se inició el I Ciclo de Música Confitada con conciertos, principalmente de música renacentista. Éste han incorporado también música más folclórica con Javier Montes o el propio Raúl Díaz...
-La renovación es siempre buena, en Morille no nos cerramos a nada. Es verdad que hay más presencia de la música folclórica (Raúl Díaz de Dios con su acordeón y Pilar Grande, una extraordinaria concertista de castañuelas), pero también música más experimental e íntima (Antoine Picquard, Javier Montes y Mario Méndez).
- Hablando ya de los dulces propiamente dichos, recuérdenos de qué conventos se puede degustar su repostería.
-De todos los conventos de clausura de la provincia donde las monjas siguen fabricando dulces (7 en total) y también del Monasterio de las Madres Jerónimas de Garrovillas, en Cáceres.
- ¿Hay algún producto que destaque sobre todos los demás, que se venda en mayor cantidad?
-Todos los dulces tienen su aceptación, no hay una preferencia especial: yo creo que el público valora la calidad y el esmero en la producción de estos dulces de las monjas, son de plena garantía para los consumidores.
- ¿Cómo definiría esta feria?
-Es una feria consolidada y muy singular, porque une el disfrute (los dulces están muy ricos) con la colaboración y la defensa de nuestros productos. Para Morille es también una magnífica oportunidad de mostrar y abrir nuestro pueblo a los visitantes.
- ¿Tienen algún proyecto nuevo a la vista?
En Morille no dejamos de considerar todas las posibilidades de dinamizar nuestro pueblo. El medio rural está desgraciadamente en una grave crisis, que es preciso atajar con medidas continuas. Por supuesto, desde el Ayuntamiento estamos ya trabajando en nuevos proyectos, con la mirada puesta en la creación de empleo, y en un núcleo básico para estos cuatro años: consolidar Morille como destino cultural, turístico y de ocio. Lo haremos con una campaña que lleva un título paradójico: «Morille, nada que ver».