Clamor vecinal y político en contra de la demolición de la pesquera de Tejares
El PSOE recuerda que la Unesco incluyó a la zona en el paisaje histórico de la Ciudad Vieja
Cecilia Hernández
Miércoles, 7 de octubre 2015, 12:40
Eliminar o no la pesquera de Tejares. He ahí la cuestión, traída esta semana de nuevo al centro de la polémica por el propio alcalde, Alfonso Fernández Mañueco. «Puede ser momento de eliminarla y de recuperar el cauce natural del río», dijo el primer edil, ante la sorpresa de los vecinos de este barrio, que creían superados los tiempos en los que la demolición de esta estructura era el objetivo primordial de la administración local, entonces presidida por Julián Lanzarote. Pero pese al dinero invertido en los últimos años -200.000 euros- y pese a las promesas de recuperar la zona como atractivo turístico, el alcalde se manifestó claramente en ese sentido e incluso anunció contactos con la Confederación Hidrográfica del Duero, aprovechando, por otro lado, que la estructura lleva un mes rota, sin que se haya hecho nada al respecto, como denuncian los vecinos.
«Esto es ya un empecinamiento personal de los gobiernos del PP», afirmó ayer José Carlos Dorado, presidente de la asociación de vecinos Virgen de la Salud, del barrio de Tejares. En el mismo sentido se expresaron los tres grupos políticos en la oposición, PSOE, Ciudadanos y Ganemos. Entre las razones esgrimidas para mantener la pesquera se encuentran las sentimentales, pero también las históricas. Hablamos de una estructura de siglos de antigüedad, inscrita en la memoria sentimental y cultural de la ciudad de Salamanca, desde que Lázaro de Tormes situara su nacimiento en la «aldea de Tejares, dentro del río Tormes» y nombrara su padre como el encargado de «una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, en el cual fue molinero». Y es que la función de la pesquera era, en aquellos tiempos, la de facilitar el funcionamiento del molino.
Vecinos y oposición se remiten a estas líneas para justificar la permanencia de este elemento del río, como así lo dijo el Comité Nacional sobre Monumentos y Sitios, Icomos, organismo dependiente de la Unesco, en el año 2010. El Grupo Municipal Socialista mencionó ayer este informe en una rueda de prensa ofrecida por los concejales Arturo Santos y Fernando Vegas. «La pesquera de Tejares forma parte de la imagen colectiva que históricamente han tenido los ciudadanos salmantinos de su ciudad tradicional», subrayó Icomos hace cinco años, para añadir que «la Ciudad Vieja de Salamanca, bien inscrito en la lista de patrimonio mundial en 1988, aunque carezca de una clara delimitación de su entorno protegible, contiene, en la conciencia de los ciudadanos, edificios, trazado urbano y paisaje. Salamanca es piedra y es río». Cabe señalar en este punto que si Salamanca no tiene delimitado el entorno a proteger de la Ciudad Vieja es por qué no existe aún Plan de Gestión de esta zona, documento que el Ayuntamiento presentó hace dos años y del que nunca más se ha vuelto a saber.
Más allá, el informe del comité se remite a las normativas de protección incoadas por el propio Ayuntamiento de Salamanca y que contaban con la pesquera como elemento a cuidar y mantener. De igual modo, Icomos se pregunta cómo puede llamarse a la eliminación de esta estructura «recuperar el cauce natural del río», cuando la pesquera se construyó en el siglo XV, es decir, cuando lleva más de cinco siglos en ese lugar y por qué precisamente es el de Tejares el obstáculo a eliminar para tal fin y no otros que existen a lo largo del Tormes.
Huerta Otea
En las conclusiones de este informe aparece la que es la respuesta evidente a esta polémica: el parque de maquinaria de Huerta Otea. El Ayuntamiento decidió construir en esos terrenos tal instalación, pese a que la Confederación Hidrográfica del Duero comunicó que se trataba de un terreno inundable. ¿La solución? Rebajar el cauce del río tres metros para en caso de gran caudal el parque de maquinaria quedara inmune al paso del agua. Un rebaje que implicaba llevarse por delante la pesquera, aunque tal actuación suponga borrar para siempre una huella histórica y literaria de la ciudad.
El propio Ayuntamiento de Salamanca, presidido por Alfonso Fernández Mañueco, se encargó de la recuperación y reconstrucción de esta estructura y realizó obras para crear un canal artificial para el paso de los peces. Unos 200.000 euros de inversión, según relató ayer el concejal del PSOE Arturo Santos, que se habrían «despilfarrado» si se destruye la pesquera. Actuación contra la que también se manifestó Alejandro González Bueno, portavoz del Grupo Municipal Ciudadanos. «Nos hemos reunido con los vecinos y les hemos mostrado todo nuestro apoyo, porque hablamos de un símbolo del río, del barrio y del Tormes», subrayó el concejal, que solicitó al alcalde que se arregle la estructura tras la rotura sufrida hace un mes y que la zona «se ponga en condiciones y se termine con todo lo que tienen que soportar los vecinos». Y es que los malos olores son protagonistas desde que el 4 de septiembre la pesquera se rompió, así como la lamentable imagen, por la suciedad y basura que arrastra el río y que ha quedado a la vista tras la fuga de agua de la zona. En este sentido, el presidente de la asociación vecinal señaló ayer que con una «limpieza a fondo» del lugar se podrían solucionar esos problemas de calado y caudal que asustan al Ayuntamiento en caso de riada. Porque, apuntó, «Salamanca será culta y limpia, pero solo en el centro, a los barrios nos tienen abandonados».