El avance de las obras incrementa la tensión en el Hospital Clínico
Pacientes y trabajadores sufren las consecuencias de la construcción del nuevo centro
Cecilia Hernández
Lunes, 5 de octubre 2015, 12:27
Si a pequeña escala, en el ámbito doméstico, unas obras suponen siempre semanas o meses de incomodidad y trastornos, puede cualquiera hacerse idea de lo que se está viviendo en el Hospital de Salamanca. El impulso que han vivido los trabajos de lo que será el nuevo centro hospitalario en los últimos meses implica traslados, cambios y quejas. Y la pregunta, en el ambiente, de si no habría sido mejor construir el hospital desde cero en otro lugar y librar así, al viejo Clínico y sus alrededores de la presión que supone unas obras de esta envergadura.
Por supuesto, todo pasará y llegará el día en el que estos problemas sean tan sólo un recuerdo. Pero ahora mismo lo que cuenta es el mientras tanto. Por ahora, según fuentes sindicales, se habla de febrero de 2019 como posible fecha de inauguración. Así al menos se lo manifestó la gerente del Hospital, Cristina Granados, a los sindicatos la pasada semana. De hecho, las obras van a tan buen ritmo que para este próximo diciembre, es decir, en apenas tres meses, se espera que esté concluida la estructura de los edificios que formarán el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.
Esta es la parte positiva, que tras algunos años de retrasos a causa de los recortes, parece que por fin ha llegado el impulso definitivo para las obras. Al menos así ha sido durante este 2015, año que, recuerdan también fuentes sindicalistas, ha sido y va a ser electoral. Lo que ocurra en 2016 y sucesivos dependerá de la voluntad política, aunque todos los implicados confían en que, con el octavo centenario de la Universidad en el horizonte, no haya más parones en las obras y todo siga el buen curso emprendido durante este año.
No obstante, como decíamos, en el mientras tanto, abundan los problemas. La instalación de una carpa en las afueras del Clínico levantó hace unos días todo tipo de suspicacias y quejas. La realidad es que se ha aparcado allí una unidad portátil para hacer resonancias magnéticas y la carpa pretende garantizar la intimidad y la seguridad, en este tiempo otoñal, de los pacientes. La intención es, según el sindicato C-SIF, aligerar las listas de espera, pero, los ánimos están lo suficientemente caldeados como para que cualquier circunstancia excepcional prenda la mecha de la polémica y las quejas.
Más aún si se tiene en cuenta que en estos días se viven en el hospital traslados y obras, no ya de construcción, sino de mantenimiento. Porque para que el nuevo centro esté en funcionamiento quedan, si todo va como está previsto, todavía tres años y medio. Y el viejo Clínico tiene que estirar hasta entonces su vida útil, ya de por sí bastante agotada. Así que, por ejemplo, la planta 7ª, de Traumatología, ha abierto esta semana después de tiempo cerrada. «La situación ha sido caótica, porque han tenido que convivir los pacientes y personal con los operarios por allí todavía arreglando cosas», señalan desde C-SIF, sindicato que habla de un «desbarajuste de obras» en el Clínico y de dudas entre el personal. «No sabemos si se va a abrir también la planta 8ª o no, y el personal de Cirugía, por ejemplo, tampoco tiene claro dónde va a terminar trabajando».
La situación llega esta semana a las Cortes regionales
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La situación del Hospital Clínico de Salamanca llegará esta semana a las Cortes de Castilla y León. Ciudadanos ha anunciado su intención de preguntar por la gestión de este centro durante su turno de palabra, mientras que José Sarrión, procurador de IU-Equo, también llevará al pleno de las Cortes este problema.
Habitaciones de tres
Y todo indica, además, que así va a seguir el Hospital durante un tiempo más, porque la gerente confirmó a los sindicatos que ha solicitado un nuevo presupuesto para más obras de mantenimiento. Problemas que derivan en situaciones como los tres pacientes por habitación que ha denunciado el sindicato de enfermería SATSE, que habla de «salas de espera repletas en el servicio de urgencias y pacientes en los pasillos, esperando durante horas cama para ingreso y que en muchas ocasiones acaban como tercer ocupante de estas habitaciones. Como ejemplo de carencia básica, el hecho de que disponen solamente de dos tomas de oxígeno en la pared con lo que un paciente más, no podría contar con el mismo».
Asimismo, esta semana será realidad el traslado del personal de administración hasta el denominado edificio industrial. Trabajadores que hasta ahora ejercían en las plantas 2ª y 4ª del Materno-Infantil en el entorno del Virgen de la Vega- y que ahora deben trasladarse hasta la parte baja del campus Miguel de Unamuno, al lado del Centro de Investigación del Cáncer. Un inmueble este último que se ha puesto a punto en las últimas semanas para albergar por fin a trabajadores tras varios años cerrado. Pero, aparte de las incomodidades propias del traslado, está el hecho de que otros trabajadores, también de administración y servicios, viven condiciones que califican de «deplorables» en sus actuales ubicaciones, «en cubículos sin ventilación y con malos olores», sin que hayan recibido notificación de cambio.
Asimismo, la ampliación de la plantilla, prometida en la pasada primavera tras las mareas blancas, no ha llegado a servicios como Reumatología, en el que la lista de espera de los pacientes para consulta ordinaria supera los ocho meses. Así lo confirman desde la Asociación Salamantina de Pacientes con Artritis Reumatoide, Asapar. «Durante cuatro años han tenido a una especialista con contratos de tres meses en tres meses, hasta que se quedó embarazada y no la renovaron».